Con una exposición de ponencias brillantes, asistí el pasado jueves, en la Universidad de Vic a la II Jornada sobre el final de la vida, "La muerte en los niños y los adolescentes".
La primera conferencia impartida por la doctora Victòria Camps, catedrática de Filosofía Moral y Política de la UAB, tenía por título Reflexión sobre la finitud humana.
En su exposición Victòria Camps transmitió al público asistente, profesionales del ámbito de la salud y de la educación, estudiantes y personas interesadas en el tema, una verdad incuestionable, la vida humana es vulnerable y finita.
La sociedad actual, hedonista, basada en el placer y la inmediatez, rechaza el hecho del sufrir más que el hecho de la muerte, esto nos ha llevado a una medicalización de todo, ante cualquier problema se reclama un medicamento y esto es un síntoma de este rechazo no tanto a la muerte como al sufrimiento. El sufrimiento no forma parte de la educación de la persona.
Con dos ejes fundamentales siguió la conferencia, con los progresos biomédicos, como primer eje y con la Ética aplicada a la finitud humana, como segundo.
Los progresos biomédicos, tienen un sentido positivo cuando su finalidad sea conseguir un bien material y moral, pero hoy en día lo que hay es innovación que no progreso, y surgen las preguntas ¿Es positivo vivir tantos años? ¿Prolongar la vida significa un progreso?
Las innovaciones hacen perder de vista la finitud de la vida humana, si todo es posible, todavía se hace más difícil la idea de la finitud.
Y también se desdibuja la idea de la vulnerabilidad.
Habló de los límites en una doble vertiente, límites en la investigación, que si no los tiene se va hacía una medicina no sostenible y sin techo y límites por parte de los pacientes.
Nos recordó la característica principal de los seres humanos, la dependencia, la vida humana comienza y acaba siendo dependiente, se ha de tener conciencia de esta dependencia.
En cuanto a la Ética, como Filosofía de la moral, no ha abordado suficientemente el tema de la finitud humana y de la vulnerabilidad.
El valor más aceptado en un estado de Derecho es la libertad, hay que saber diferenciar entre la libertad individual, el derecho a decidir y la autosuficiencia, el individuo no es auto suficiente, no podemos vivir sin los otros, somos sociales, el concepto de individualismo va en contra de la finitud y de la vulnerabilidad, siendo este individualismo un concepto propio más del mundo occidental, que del oriental.
El aceptar la muerte como necesaria y la preparación hacia la degradación de la vida humana son necesarios.
Es importante ir hacía una Ética que no huya de la realidad de la muerte y es básico la educación de las personas, hacía una realidad no siempre fácil, donde no existe la satisfacción de cualquier deseo.
Tomar conciencia, de una manera equilibrada y moderada en nuestras demandas.
Promover el coraje, el valor como virtudes y la fortaleza para enfrentarse con moderación al día a día buscando los recursos en cada uno de nosotros.
La figura de Epicuro y de los estoicos surgieron en varias ocasiones a lo largo de la exposición de la doctora Camps y también de la siguiente conferenciante la doctora Begoña Román.
La primera conferencia impartida por la doctora Victòria Camps, catedrática de Filosofía Moral y Política de la UAB, tenía por título Reflexión sobre la finitud humana.
En su exposición Victòria Camps transmitió al público asistente, profesionales del ámbito de la salud y de la educación, estudiantes y personas interesadas en el tema, una verdad incuestionable, la vida humana es vulnerable y finita.
La sociedad actual, hedonista, basada en el placer y la inmediatez, rechaza el hecho del sufrir más que el hecho de la muerte, esto nos ha llevado a una medicalización de todo, ante cualquier problema se reclama un medicamento y esto es un síntoma de este rechazo no tanto a la muerte como al sufrimiento. El sufrimiento no forma parte de la educación de la persona.
Con dos ejes fundamentales siguió la conferencia, con los progresos biomédicos, como primer eje y con la Ética aplicada a la finitud humana, como segundo.
Los progresos biomédicos, tienen un sentido positivo cuando su finalidad sea conseguir un bien material y moral, pero hoy en día lo que hay es innovación que no progreso, y surgen las preguntas ¿Es positivo vivir tantos años? ¿Prolongar la vida significa un progreso?
Las innovaciones hacen perder de vista la finitud de la vida humana, si todo es posible, todavía se hace más difícil la idea de la finitud.
Y también se desdibuja la idea de la vulnerabilidad.
Habló de los límites en una doble vertiente, límites en la investigación, que si no los tiene se va hacía una medicina no sostenible y sin techo y límites por parte de los pacientes.
Nos recordó la característica principal de los seres humanos, la dependencia, la vida humana comienza y acaba siendo dependiente, se ha de tener conciencia de esta dependencia.
En cuanto a la Ética, como Filosofía de la moral, no ha abordado suficientemente el tema de la finitud humana y de la vulnerabilidad.
El valor más aceptado en un estado de Derecho es la libertad, hay que saber diferenciar entre la libertad individual, el derecho a decidir y la autosuficiencia, el individuo no es auto suficiente, no podemos vivir sin los otros, somos sociales, el concepto de individualismo va en contra de la finitud y de la vulnerabilidad, siendo este individualismo un concepto propio más del mundo occidental, que del oriental.
El aceptar la muerte como necesaria y la preparación hacia la degradación de la vida humana son necesarios.
Es importante ir hacía una Ética que no huya de la realidad de la muerte y es básico la educación de las personas, hacía una realidad no siempre fácil, donde no existe la satisfacción de cualquier deseo.
Tomar conciencia, de una manera equilibrada y moderada en nuestras demandas.
Promover el coraje, el valor como virtudes y la fortaleza para enfrentarse con moderación al día a día buscando los recursos en cada uno de nosotros.
La figura de Epicuro y de los estoicos surgieron en varias ocasiones a lo largo de la exposición de la doctora Camps y también de la siguiente conferenciante la doctora Begoña Román.
La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.
Epicuro de Samos (341 AC-270 AC)
Filósofo griego.
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