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jueves, 20 de marzo de 2025

Cuadros con flores en la pintura del siglo XX, en el Thyssen-Bornemisza

Las visitas a la ciudad de Madrid, tienen para mi una parada "obligada" y siempre enriquecedora al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
 
El Thyssen alberga una serie de obras que siempre me gusta volver a ver y además en los últimos años, algunas de sus exposiciones temporales, en concreto la de Georgia O'Keeffe en junio del 2021 y la de Maestras en enero del 2024, han sido dos joyas extraordinarias. 

El pasado domingo en mi recorrido por el museo, resaltó una de sus salas, la 38, ya que acogía seis obras dentro de: Cuadros con flores en la pintura del siglo XX.
 
La información que muestra el panel explicativo, en relación a la elección de esta temática, es que muchos artistas de la modernidad, han continuado haciendo pinturas de flores.
 
Las flores en sus obras les permiten hablar de la belleza del mundo natural y de la simbología de la vida y la muerte.
 
Los impresionistas, habían plasmado en sus obras de flores y jardines, sus impresiones fugaces de un momento suspendido en el tiempo. En constraste, los expresionistas posteriores a éstos, anhelaban provocar sentimientos perdurables. El color aplicado con pincenladas gestuales desempeñó un papel primoridal para explorar distintas emociones.
 
Entre las seis obras, podemos ver tres de Emil Nolde, atraido por la simbología de las flores, una de Beckmann, como evocación de su tensión emocional tras su huida de Berlín, al llegar el régimen nazi,  una de Matisse, donde lo esencial era su energía cromática, perteneciente a una etapa anterior al nacimiento del movimiento fauve y una de Ernst Ludwig Kirchner, fundador y principal impulsor del grupo expresionista alemán Die Brücke (El Puente).
 

La cala, 1914
 

Flores rojas, 1906
Emil Nolde (1867-1956) 


Jardín de flores, 1917
Emil Nolde (1867-1956) 


Girasoles resplandecientes, 1936
Emil Nolde (1867-1956)
 
 
Bodegón con rosas amarillas, 1937
Max Beckmann (1884-1950) 

Las flores amarillas, 1902
Henri Matisse (1869-1954) 
 
Además de mi interés por las flores de la sala 38, había otra sala en el museo, que capataría toda mi atención, la 46, allí estaba una de las flores de la artista Georgia O'Keeffe, su Lirio blanco número 7, extraordinario. 
 
La artista en relación a sus más de 200 composiciones florales, que dejó al morir,  publicó en un catálogo del 1939, este interesante  texto:
 
 «Bien, he conseguido que mires lo que yo he visto y cuando te tomas el tiempo de ver realmente mi flor adjudicas todas tus propias asociaciones sobre las flores a mi flor y escribes sobre mi flor como si yo pensara y viera lo que tú piensas y ves en la flor, pero yo no lo veo».


Lirio blanco nº 7, 1957
 Georgia O'Keeffe (1887-1986) 
 
Y una última obra, como colofón de esta entrada de flores en el blog, es la pintura de Richard Estes pintor estadounidense conocido por sus pinturas hiperrealistas, enmarcado en el movimiento del fotorrealismo.

 

martes, 19 de noviembre de 2024

Miró-Matisse, Más allá de las imágenes

Uno de los espacios museísticos que más me cautivan de la ciudad de Barcelona y donde me siento especialmente a gusto cuando lo visito, es el de la Fundació Joan Miró. El continente, el edificio obra de Josep Lluís Sert y el contenido, con obras de Joan Miró y de otros artistas en homenaje a su figura, conforman un conjunto de una armonía perfecta.

El edificio de la Fundació, de estructura racionalista con características mediterráneas, logra fusionar el arte con la arquitectura y con el paisaje que lo rodea. Pasear por su patio central, subir a la azotea y caminar entre las esculturas de Miró y contemplar el skyline de Barcelona, es una experiencia que no se olvida.

En la Fundació Joan Miró, además se realizan exposiciones temporales, que siempre guardan alguna relación con el artista.
 
En esta ocasión organiza una exposición conjunta con el Musée Matisse de Niza, dedicada a la relación entre las obras de Joan Miró y de las de Henri Matisse, que se podrá visitar hasta el 9 de febrero de 2025.
 
En ella podemos contemplar obras de importantes colecciones internacionales como el MOMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, el Musée des Beaux-Arts de Bélgica y The Saint Louis Art Museum, junto a otras procedentes de colecciones particulares.
 
 
 
En el acceso de entrada a la exposición se ha situado esta fotografía de Joan Miró (Barcelona, 1893 - Palma de Mallorca, 1983) y Henri Matisse (Cateau Cambrésis, 1869 – Niza, 1954), conversando en la terraza del café Les deux Margots en 1936, una invitación a conocer a ambos artistas, que se admiraban mutuamente y fueron amigos, desde que Pierre Matisse, hijo del pintor, se convirtió en marchante de Miró en 1934 y difundió su obra en los Estados Unidos.
 

Matisse nació en 1869 y Joan Miró en 1893, había una diferencia 23 años entre ambos. 
 
En esta fotografía tenemos una obra de cada uno de los artistas:
 Pintura (el guante blanco) de 1925 y Vista de Notre-Dame del 1914
 
De estas obras el director de la Fundació, Marko Daniel comenta:

"Dos azules tan diferentes que dialogan tan bien, dos formas de entender el arte en comunicación entre ellas”.
“Vemos el mundo de forma diferente gracias a la forma en que lo vieron y representaron Miró y Matisse; los pintores contemporáneos aún beben de la inmensa fuente de innovación que son estos dos artistas”. 
 
 
Detalle de Cambrils, la playa, 1917, de Joan Miró
 
 
Detalle de Colliure en agosto, 1911, de Henri Matisse
 
Mostrar en conjunto los estilos diferentes de Miró y Matisse, Miró-surrealismo y Matisse-fauvisme, permite ampliar la mirada a sus obras, disfrutar del conjunto y comprobar que fueron mucho más allá de las etiquetas o movimientos del surrealismo y del fauvismo. 
El objetivo de la exposición es mostrar las relaciones profundas entre ambos y sus concepciones del arte y de sus obras.
 
 
Detalle de la obra Margarita leyendo, 1906, obra que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Grenoble.
A lo largo de la exposición, a partir de las obras y de los comentarios que la ilustran, queda demostrada la admiración y reconocimiento mutuos.
Su compartido "asesinato de la pintura" a través de sus obras, fue nada menos que una deconstrucción, para lograr después una reconstrucción que hoy en día nos sigue maravillando.


Una de las fantásticas odaliscas de Matisse, Odalisca con cofre rojo, 1927 y de las que curiosamente, decía Miró: "formaba parte de las cargantes odaliscas tan cotizadas en el mercado".

 
 

Ambos artistas también participaron en la ilustración de libros. En la parte superior vemos ilustraciones realizadas por Miró y en la inferior el Jazz, Paris, Tériade de 1947 de Matisse, en ambos casos asemejan pequeños lienzos realizados a todo color.


Cuando las dificultades físicas de Matisse no le permitían pintar, optaba por recortar con tijeras, y realizar collages.
 
 
Las grandes composiciones monumentales de Matisse, las podemos apreciar en estas dos obras: 
Oceania, el cielo

 
Frente a la monumentalidad de la obra de Miró:
 Pintura para Emili Fernandez Miró

 
Una escalera conduce al piso inferior, donde continúa la exposición.
 

Allí se encuentra la obra Desnudo de pie del 1918, de Miró de The Saint Louis Art Museum, resultó para mi la estrella de la exposición, sucumbí a su explosión de formas y colores.
 

Dos detalles de Desnudo de pie, 1918, Joan Miró

Article a Wila Web de Mercè Ibarz, Miró i Matisse, pots llegir-ho clicant l'enllaç

Article a WilaWeb, de Núria Cadenes, Quan Matisse va reconèixer Miró i viceversa pots llegir-ho clicant l'enllaç

Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Fundació Joan Miró
Barcelona
noviembre 2024

  Las informaciones sobre las Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.


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