Otra flor de Bach, Chicory, estaba en los caminos en la primera parte del recorrido.
Chicory en los caminos de Theth
Atravesamos el rio, viendo desde lo alto un impresionante congosto.
Congosto en la ruta hacia Nderlyse
Cerca de Nderlyse se encuentran unas formaciones rocosas que forman cascadas y pequeñas piscinas naturales con el agua del río que desciende en esta zona del valle.
Cascadas en Nderlyse
Piscinas naturales en Nderlyse
Piscinas naturales en Nderlyse
El regreso de Theth a Shkoder en un autobús colectivo duró cinco horas y además de disfrutar de los bellos paisajes del recorrido tuvo una distracción asegurada y continuada, el motivo las dos cabras que viajaban en el techo del autobús, protagonistas de todo el trayecto, ya que continuamente bajaba la familia propietaria a comprobar que continuaban vivas y a intentar acomodarlas y mantenerlas sujetas. Lo más sorprendente fue cuando una de ellas salió disparada y apareció en el lateral del vehículo, la cabra voladora, más despierta que nunca, emitiendo sonidos y dando golpes contra las ventanas.
La cabra voladora
Colectivo y cabra voladora
Durante el trayecto hicimos varias paradas de descanso y en la última de ellas mi objetivo indiscreto se acercó hasta una casa donde mi imaginación y mi cámara siguieron una conversación entre estas dos personasConversaciones en Albania
Conversaciones en Albania
Conversaciones en Albania
Conversaciones en Albania
Conversaciones en Albania
Fotos: Pilar Vidal Clavería