Estos últimos días recorren el facebook y otras redes sociales las palabras de
Bronnie Ware , una enfermera australiana especialista en cuidados paliativos, Bronnie nos explica que casi todas las personas expresan los mismos remordimientos antes de morir.
1.- Ojalá hubiese tenido el coraje de vivir la vida que yo quería y no la que los demás esperaban de mí.
Este es el remordimiento más común. Cuando somos conscientes de que
nuestra vida se está terminando, miramos hacia atrás y vemos todos los
sueños que no hemos realizado. Mucha gente no se atreve a perseguir sus
sueños y muere sabiendo que ellos son los responsables de las decisiones
que los impidieron.
No somos conscientes de la libertad que tenemos por el mero hecho de
estar sanos. Cuando llega la enfermedad, ya es demasiado tarde.
2.- Ojalá no hubiese trabajado tanto.
Este comentario me lo repitieron la mayoría de los hombres a los que
asistí. Se arrepentían de no haber dedicado más tiempo a su pareja y a
sus hijos cuando eran pequeños.
3.- Ojalá hubiese tenido el coraje de expresar mis sentimientos.
Muchas personas esconden sus sentimientos para evitar conflictos con
los demás. El resultado es que se conforman con una existencia mediocre.
No podemos controlar las reacciones de los demás. Y, aunque al
principio otra persona se moleste cuando somos honestos, eso hace que
una relación crezca. O que se acabe una relación que no era saludable.
En ambos casos, todo el mundo sale ganando.
4.- Ojalá hubiese mantenido el contacto con mis amigos.
Muchas personas no se dan cuenta de la importancia de los amigos
hasta que la muerte se acerca. Nos absorbemos tanto en nuestras rutinas
que dejamos marchitarse las amistades. Olvidamos ofrecer a nuestros
amigos el tiempo y el esfuerzo que merecen.
En las últimas semanas de vida, lo único que importa es el amor y las
relaciones. Todo lo demás -el dinero, el éxito profesional- es
absolutamente irrelevante.
5.- Ojalá me hubiese permitido ser más feliz.
Desgraciadamente, este remordimiento también es muy común.
Muchas personas no se dan cuenta de que la felicidad es una opción
hasta que la muerte se acerca. Muchos se han dejado arrastrar por el
confort de la vida cotidiana, el miedo al cambio o a la reacción de los
demás.
El remordimiento está muy cercano a una palabra el "Ojalá....", una
palabra con mucho peso y que podemos cambiar por un voy a intentarlo.
Con
el intento estamos en el camino para que se cumplan nuestros sueños,
dediquemos más tiempo a nuestra pareja y a nuestros hijos, expresemos nuestros
sentimientos, mantengamos el contacto con nuestros amigos y seamos felices, yo voy a
intentarlo.
Excursión a la Serra de l'Ubac
Fotografía: Jordi Viader
febrero 2013