En el 2016 la Tate Modern presentó una exposición de Georgia O'Keeffe, llegué a Londres un día antes de que finalizará la exposición temporal y en aquelllos momentos no conocía a O'Keeffe.
Recuerdo que quedé impresionada por la belleza de la flor de su cartel, una flor blanca de estramonio, pero no fui a ver la exposición, unicamente visitamos el fondo permanente de la Tate Modern y sentí que algo me quedaba pendiente.
En mayo de este 2021 estuvé dos días en Madrid, de nuevo se presentaba la oportunidad de ver la obra de O'Keeffe en esta ocasión en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, pero no encontré entradas.
Y a la tercera, como nos recuerda el refrán, va la vencida. Hice la reserva con tiempo y el pasado domingo pude por fin conectar con las obras de O'Keeffe y visitar la primera exposición retrospectiva en España en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Poco a poco fui reconociendo algunas de su obras, esta vez, ya sabía algo más, y me deje sumergir en paisajes, formas, lugares y sin duda en sus flores, inmensas, bellas, majestuosas.
Una guía didactica que se encuentra a la venta al final de la exposición, nos ofrece realizar un camino de la mano, o mejor con los zapatos, de Georgia O'Keeffe (Sun Prairie1887-Santa Fe1986) para acercarnos y descubrir su obra y su trayectoria personal y artística.
La guía ofrece una serie de apartados, que yo he adecuado a las fotografías que realicé durante la exposción.
Mirar lo pequeño
En ocaciones sus pinturas parecen enfocarse en los detalles, todo y que según ella misma explica no lo hace influenciada por la fotografía, sino porque le gusta fijarse en los detalles.
Detalle de Lírio blanco, 1939
Detalle de una de sus obras con hojas de otoño
Cabeza de carnero, malva real blanca. Colinas, 1935
Conectar con un lugar
Georgia O'Keeffe conectaba con los lugares donde residía, como pasó en la época en que vivió en Nueva York, pero sin duda fue en Nuevo México donde encontró su mayor conexión.
Sin título (Noche en la ciudad), 1926
Paisaje de Nuevo México
Y una de las conexiones más especiales para O'Keeffe, fue con la puerta en el patio de su casa de Abiquiú de la cual hizo diversas versiones.
Patio con nube, 1956
Sumergirse en la forma
O'Keeffe se sumerge en la abstracción de una forma particular, fue definida como una pintora abstracta, pero ella quiso explicar cómo surgían sus pinturas.
"El significado de una palabra para mi no es tan exacto como el significado de un color. Los colores y las formas hablan mucho más que las palabras. Ecribo esto porque se han hecho cosas raras sobre mi con las palabras. Hago este esfuerzo porque nadie más puede saber cómo surgen mis pinturas".
Abstración, Resplandor I, 1921