Julian Barnard parece que lo tiene más fácil, ya que en el Congreso Sedibac de Terapia Floral nos confesó su predilección por Cerato y en su ponencia Regreso al futuro, hizo una reivindicación de la importancia del papel de Cerato.
Para Barnard, Cerato, nos puede ayudar en nuestro caminar por la vida, como un ayudante de navegación y puede ser nuestro GPS particular.
Basándose en sus teorías sobre la forma como expresión de la función en las Flores de Bach, nos habló de Impatiens, Clematis y como no de Cerato, de sus particulares hojas, de sus flores y de sus semillas.
El Cerato que descubrió cerca de Cromer en 1932, el doctor Edward Bach, estaba en un jardín privado, había llegado hasta allí gracias a una jardinera amiga de Ellen Willmott, que había recibido las semillas del Cerato, Ceratostigma willmottiana, proveniente de la China occidental, donde habían sido recolectadas por Ernest H. Wilson, en 1908.
La señora Willmott había logrado obtener dos plantas a partir de estas semillas y todas las plantas de Cerato que crecen actualmente en la Gran Bretaña derivan de ellas.
Barnard nos explicó también su viaje a la China en el 2004, cuando en el valle de Min Jiang, en una remota parte de la provincia de Sichuan, encontró a las plantas de Cerato. En el 2008 un terremoto asoló esa región de la China.
También nos recordó la asociación que hizo el propio doctor Bach con Cerato y El Loco del Tarot, que aparece con una flor azul en la mano, al borde de un precipicio.
Con Cerato podemos dejar de buscar las respuestas en los otros y ver que están realmente dentro de nosotros mismos.
Foto: Pilar Vidal Clavería
1 comentario:
Es mi favorita. Y con la Cerato plumbagonoides se hace una esencia maravillosa; según mi experiencia, igual de buena que la Cerato Wilmottiana. Tengo mi planta de la jardinera esplendorosa, mejor que ningún año. Está feliz de estar conmigo. :-)
Un abrazo
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