Picasso estuvo en Barcelona del 1895 al 1904 y fueron para él años fundamentales.
En aquellos años uno de los artistas más completos y complejos por los muchos ámbitos en los que trabajaba era Santiago Rusiñol.
Rusiñol aparece para Picasso como un modelo a seguir y como indica el tríptico de la exposición, lo retrata, analiza y copia para, finalmente, superarlo.
Es un magnífica exposición, estructurada en once espacios que abarcan diferentes centros de atención, entre otros, el escenario común: Barcelona, Rusiñol como referente de la modernidad parisina y los diferentes retratos que Picasso hace de Rusiñol que van del homenaje a la sátira.
Se pueden ver también en la exposición obras de El Greco que también estaban en El Cau Ferrat, del que ahora en la Sala O del Museu Picasso vemos una recreación, ya que se encuentra actualmente cerrado por reformas.
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