lunes, 25 de enero de 2010

Momento para Home

Paseando por los blogs ves como intereses comúnes hacen que informaciones de películas, libros, citas, se repitan, no importa esta repetición, cada cosa y cada uno tiene su propio momento, en Sentir con Flores de Bach, la película HOME tiene hoy su momento.


Es la primera pelñicula que se estrenó al mismo tiempo en youTube y en el cine.

domingo, 24 de enero de 2010

Trailers

¿Qué es mejor antes de ver una película?, saber ¿de qué va?, ¿haver visto el trailer? ¿leer las críticas?, en cuanto a las recomendaciones, va a depender de a quien le consultes.

Los trailers están bien cuando hacen que tengas ganas de ver la película, pero sin desvelar datos ni escenas relevantes.

Cómo siempre hay para todos los gustos, todo y que cuando voy al cine y no se nada de esa película, si la película es buena, que para mi significa que me aporte cosas, que van desde la reflexión a pasar un buen rato, el factor sorpresa constituye un elemento que multiplica el efecto positivo que me haya producido esa película.

Es lo que me paso ayer con Up in the air, película americana, todo y que reflejo de situaciones comúnes a cualquier sociedad actual, es inteligente y divertida, con una actuación de George Clooney brillante, un liquidador de empleos, con unos objetivos que están en el aire.

sábado, 23 de enero de 2010

Cautelosos

En este reportaje de hoy en La Vanguardia, he escogido la palabra cautelosos como título de la entrada, es un témino que podemos aplicar en muchas ocasiones, no sólo en las relaciones con los adolescentes, una cautela contemplada desde la serenidad.

Mi Hijo no me cuenta nada

Muchos padres se quejan de que sus hijos adolescentes no cuentan nada en casa, que están como ausentes, que no saben lo que pasa por su cabeza... | Pero ¿han de saberlo?


Mayte Rius | 23/01/2010 | Actualizada a las 03:31h | Ciudadanos- La Vanguardia

"No sólo es normal que los adolescentes no cuenten algunas cosas en casa; es sano, correcto y beneficioso; hay una zona de intimidad en las personas - y también en los adolescentes- que hay que preservar y es bueno que se preserve; los padres no tenemos por qué saber todo lo que hacen o dejan de hacer, piensan o dejan de pensar nuestros hijos", responde Javier Elzo, sociólogo y autor de El silencio de los adolescentes: lo que no cuentan a sus padres (Temas de Hoy). Su respuesta coincide con la de otros psicólogos y pedagogos consultados, que enfatizan que mientras los padres se lamentan de que sus hijos no hablan con ellos o bien indagan y preguntan para saber sobre ellos, los adolescentes se quejan de que sus padres los rallan, de que no se puede hablar con ellos, de que sólo saben echar broncas y de que no los tienen en cuenta, denotando con ello interés por comunicarse.

CLAVES PARA HABLAR CON LOS HIJOS ADOLESCENTES

Inmediatez Cuando quieren hablar, dejarlo todo y atenderles. Los adolescentes no hablan cuando los padres quieren o les va bien, sino cuando lo necesitan. Si se deja pasar esa ocasión, se cerrarán.

Confianza Compartir con los hijos detalles de la propia infancia y adolescencia, los amores no confesados, las decepciones y frustraciones, los problemas familiares (sin caer en la figura del "padre batallitas") contribuye a crear un clima de confianza compartida. Y, para ganarse la confianza, conviene no prejuzgar, no poner trampas, evitar los dobles mensajes y no engañarles.

Respeto Hay que respetar su intimidad, sus silencios y aceptar las confidencias que quieran hacer, sin forzarlas y, mucho menos, desvelarlas a terceros. Y nunca ridiculizar, por tonto o nimio que parezca el tema. Si lo plantean, es que a ellos les preocupa o interesa.

Control Si cuando se desahogan o hacen una confidencia un poco fuerte los padres se escandalizan, los sermonean o castigan severamente, probablemente sea la última vez que se sinceren. Hay que afrontar con calma el conflicto, porque es una ocasión para educar. Si se elude, se está validando lo que ha hecho o dicho; si se silencia, se estará dando por bueno.

Aceptar sus formas Difícilmente un adolescente se expresará con serenidad y buen tono; lo habitual es que discuta apasionadamente. Hay que tratar de ver los temas desde su punto de vista.

Razonar mediante el diálogo Hay que evitar el monólogo disfrazado de diálogo, escuchar y entender para después dialogar. No se puede pretender tener la razón en todo. Los padres también se equivocan. Y a la hora de exponer razones, hay que buscar las que puedan tener peso para ellos, no las importantes desde el punto de vista de los padres.

Llegar a establecer pactos Hay que ser flexibles y no caer en el todo o nada. El regateo puede ser una forma de conversación que dé mucho juego. Se puede ceder en lo superficial para ganar en lo esencial. Es mejor ir consiguiendo pequeñas metas que pretender la solución perfecta. Dar criterios, no sermones. Tratar un solo tema cada vez y de forma breve. Si se abruma al adolescente con muchas cuestiones, a los dos minutos desconectará porque le sonará al rollo de siempre. Tampoco hace falta que de cada conversación padres-hijo salgan pautas de conducta.

Ser positivos Es importante no quejarse de todo, etiquetarlos, generalizar o mostrarse suspicaces para evitar rallarlos y que se cierren en banda. Es mejor comenzar por los comentarios positivos, mirándoles a los ojos, estableciendo contacto físico y dejando claro que se es familia, se está en el mismo equipo y se le quiere.


"Los padres han de ser cautelosos con la expresión ´no cuenta nada´ referida al hijo, pues hay cosas que, normal y sanamente, los hijos no cuentan - ni contaron ni contarán- a los padres, como lo referente a sus sueños y pesadillas, al primer amor, a ideas de suicidio y pensamientos de fuga, sus preocupaciones, lo que les dicen sus amigos, sus creencias religiosas o sobre el maligno, el temor a quedarse solos por un accidente de los progenitores...", asegura Javier Urra, psicólogo y autor de ¿Qué ocultan nuestros hijos? (La Esfera de los Libros). Y añade que durante la adolescencia "los hijos están ganando autonomía y necesitan distancia, silencios, hasta pequeñas ocultaciones; los secretos son una parte necesaria de la evolución hacia la madurez". Elzo recuerda que precisamente la labor de los padres es ayudar a los hijos a ser autónomos y responsables, "de modo que el éxito de un buen padre es darte cuenta, por duro que sea, de que poco a poco eres prescindible".

Tampoco hay que confundirse. Que los chavales no cuenten todo no quiere decir que no cuenten nada. Es más, según las encuestas realizadas por Urra entre 4.000 hijos y padres de toda España para elaborar su informe, aproximadamente el 10% de los jóvenes afirma que no oculta nada a sus padres, al menos nada que considere relevante. "No es necesario, ni normal, que los adolescentes compartan todo con sus padres, porque estos no son sus colegas, y hay una edad en que su mundo son sus iguales y es en sus amigos en quienes confían; los que ahora son padres tampoco les decían a los suyos con quién se besaban o las barbaridades que escribían en el diario, a veces sobre sus propios padres; luego eso pasa, es un momento evolutivo, y la privacidad de los adolescentes es algo necesario, básico", apunta Isabel Menéndez Benavente, psicóloga especializada en niños y adolescentes.

Hay consenso en que los chavales de ahora no cuentan menos a sus padres que en otras épocas, entre otras razones porque los progenitores de ahora son más permisivos y abiertos con relación al sexo, saben lo que es salir por la noche... "La relación padres-hijos es incomparable con generaciones anteriores, cuando en la mitad de las familias el padre dictaba y el hijo obedecía; hoy la mayoría de los jóvenes de 17 y 18 años dice que lo único que oculta es lo que les puede dañar", enfatiza Urra. "A los adolescentes siempre les ha costado hablar con sus padres y a los padres con sus hijos; lo que ocurre es que la comunicación es ahora más necesaria porque las condiciones educativas han cambiado muchísimo: hemos ganado en libertad y expectativas, pero hemos perdido en autoridad y respeto, y la sociedad es más compleja y hay más variables que controlar", señala Pilar Guembe, pedagoga y coautora, con Carlos Goñi, de No se lo digas a mis padres (Ariel) y No me ralles (Nabla).

Guembe subraya que es normal que los hijos, que en la adolescencia descubren la intimidad, guarden para sí sus cosas, pero advierte que los padres deben conjugar el respeto a esa intimidad con el acercamiento a sus hijos. "Es imprescindible que haya comunicación padres-hijo porque sin comunicación no se puede educar; si no hablamos con ellos no sabremos qué hacen, qué piensan o qué sienten y, sin saber eso, no les podremos educar", indica la pedagoga.

Pero esa comunicación no se logra agobiándolos a preguntas, estando encima de ellos, metiéndose en sus asuntos, o revisando sus mensajes o su messenger. Cuando los padres indagan y aprovechan cualquier comentario o confidencia para reprender o ridiculizar, los hijos se cierran en banda y callan más.

"Si los padres no respetan su intimidad, si sólo sermonean, si siempre hablan de lo mismo, si no les escuchan, si los hijos ven que se creen que lo saben todo y nunca se equivocan, será más difícil que se cree un ambiente adecuado para el diálogo; los hijos no son delincuentes que controlar, sino hijos que educar", remarca Guembe. Tampoco se trata de, por no controlarlos o por no meterse en sus cosas, pasar de ellos "y convertirlos en 'huérfanos con padres vivos', una figura, por desgracia, demasiado habitual", advierte.

La dificultad estriba, por tanto, en comunicarse con ellos sin invadir su intimidad, salvaguardando las zonas de autonomía y privacidad. "En la comunicación padres-hijos hay una línea muy estrecha que sirve de frontera entre la necesaria autonomía de los hijos y la tutela a ejercer por los padres. Es difícil alcanzar el equilibrio, pero es necesario", afirma Javier Urra.

Isabel Menéndez cree que la clave es "que sientan nuestros pasos pero no nuestro peso; es decir, que sepan que estamos ahí, disponibles y dispuestos a escucharlos, supervisando, pero sin someterles a un tercer grado". Y lo ilustra con un ejemplo: "Podemos preguntarles dónde van y pedirles que lleven el móvil encima y conectado con el argumento de que si hay una urgencia necesitamos poder localizarlos, pero luego no estar llamándolos cada cinco minutos para ver qué hacen".

Por otra parte, psicólogos y pedagogos remarcan que la comunicación y la confianza con los hijos se gana poco a poco, de forma que de nada sirve comenzar a preocuparse en la adolescencia si desde los primeros años no se les ha demostrado que importan, que interesan sus cosas, que se disfruta perdiendo el tiempo con ellos y que se está a su lado. El sociólogo Javier Elzo opina que la comunicación se complica hoy día en muchas familias por el agobio que viven los padres. "Los chavales lo perciben y tienen un doble sentimiento: por una parte la necesidad de hablar con sus padres de lo que a ellos les interesa - no de lo que interesa a sus padres- y, por otra, algo nuevo que antes no se tenía, el temor y cierta preocupación por no dañar, no preocupar y no molestar a los progenitores", explica, convencido de que los hijos se callan muchas cosas porque ven a sus padres agobiados y no les quieren preocupar.

Claro que también son muchos los que callan por miedo a ser sancionados, porque les impondrán prohibiciones o, simplemente, porque no serán entendidos. "Si un chaval cuenta algo, es una ocasión de oro para hablar con él, sin hacer una reprimenda o sermón en cada ocasión, porque entonces no volverá a contar nada", dice Elzo. Eso no significa que si ha hecho algo grave se pase por alto, pero conviene buscar la ocasión adecuada. "Si el chaval llega bebido a la una de la madrugada, no será esa noche ni a la mañana siguiente, cuando esté con resaca, el momento de hablar de lo que ha pasado ni de encauzar su comportamiento", ejemplifica.

Tampoco favorece el diálogo con los hijos el que muchos padres limiten sus conversaciones al área instrumental: "¿Te has duchado?", "¿has hecho los deberes?". De hecho, tanto Javier Urra como Javier Elzo han constatado que muchos chavales se lamentan de que sus padres sólo les preguntan por las notas que sacan, que sólo se preocupan por sus calificaciones y que el resto de aspectos escolares y personales los consideran niñerías. Y esa desconsideración o falta de interés por sus preocupaciones y por sus asuntos figuran entre los motivos que los adolescentes aducen para no contar cosas a sus padres (véase información de apoyo) y también condicionan los temas que ocultan. Elzo sintetiza en cuatro las áreas de ocultación: sus relaciones sexuales, las cuestiones relacionadas con el consumo de drogas y de alcohol, las notas y lo que hacen en Facebook y otros foros de internet, que hoy es su principal medio de comunicación y socialización.

El informe de Urra sobre ¿Qué ocultan nuestros hijos? ofrece una lista más detallada de las ocultaciones más habituales, con curiosidades como la de un chaval que no cuenta a sus padres que va a misa. "La mayor parte de los secretos de los adolescentes son inocentes, y los que no lo son es mejor que los compartan con otros adultos que no sean los padres", tranquiliza este psicólogo. Y recuerda, además, que los padres también callan cosas a sus hijos por no perder su autoridad.

Anthurium sp
Foto: Pilar Vidal Clavería

viernes, 22 de enero de 2010

Un circo particular

Ya hace unos días que Jordi Cañellas envió un enlace con este documental, El circo de la mariposa, una historia conmovedora, llena de ilusión y de esperanza.



Y la segunda parte

Las familias en las Flores de Bach

En la clasificación de la flores se utilizan diversas categorías taxonómicas, el término familia es uno de ellos y se refiere a especies que están emparentadas entre sí.

Las especies que pertenecen a una familia botánica, tienen características comúnes, ya sea en su forma o en su estructura.

En las 38 Flores de Bach encontramos diversas familias, algunas se repiten en varías flores, otras no, y recordemos que uno de los 38 remedios no es ninguna flor, se trata de Rock Water, el agua de roca.


Agrimony, Agrimonia eupatoria, Rosáceas
Aspen, Populus tremula, Salicáceas
Beech, Fagus sylvatica, Fagáceas
Centaury, Centaurium erythraea, Gencianáceas
Cerato, Ceratostigma willmottiana, Plumbagináceas
Cherry Plum, Prunus cerasifera, Rosáceas
Chestnut Bud, Aesculus hippocastanum, Hipocastanáceas (Otra clasificación Sapindanáceas)
Chicory, Cichorium intybus, Compuestas
Clematis, Clematis vitalba, Ranunculáceas
Crab Apple, Malus sylvestris, Rosáceas
Elm, Ulmus procera, Ulmáceas
Gentian, Gentiana amarella o Gentianella amarella, Gencianáceas
Gorse, Ulex europaeus, Papilionáceas
Heather, Calluna vulgaris, Ericáceas
Holly, Ilex aquifolium, Aquifoliáceas
Honeysuckle, Lonicera caprifolium, Caprifoliáceas
Hornbeam, Carpinus betulus, Betuláceas
Impatiens, Impatiens glandulifera, Balsamináceas
Larch, Larix decidua, Pináceas
Mimulus, Mimulus guttatus, Escrofulariáceas
Mustard, Sinapis arvensis, Crucíferas
Oak, Quercus robur, Fagáceas
Olive, Olea europaea, Oleáceas
Pine, Pinus sylvestris, Pináceas
Red Chestnut, Aesculus carnea,Hipocastanáceas (Otra clasificación Sapindanáceas)
Rock Rose, Helianthemum nummularium, Cistáceas 
Scleranthus, Scleranthus annuus, Cariofiláceas
Star of Bethlehem, Ornithogalum umbellatum, Liliáceas
Sweet Chestnut, Castanea sativa, Fagáceas
Vervain, Verbena officinalis, Verbenáceas
Vine, Vitis vinifera, Vitáceas
Walnut, Juglans regia, Junglandáceas
Water Violet, Hottonia palustris, Primuláceas
White Chestnut, Aesculus hippocastanum, Hipocastanáceas (Otra clasificación Sapindanáceas)
Wild oat, Bromus ramosus, Gramineas
Wild Rose, Rosa canina, Rosáceas
Willow, Salix vitellina, Salicáceas

Chicory, la única de la Familia de las Compuestas

Foto: Pilar Vidal Clavería

martes, 19 de enero de 2010

Pedagogia de la vida y de la muerte

Una de las frases que Francesc Torralba dijo ayer en la presentación del libro Textos i pretextos de pedagogia 1938-2008 de Joan Triadú, fue: 

"Un maestro no puede tener miedo a morir".

Una buena frase para enlazar con la presentación del Proyecto educativo, Educación emocional sobre la vida, la muerte y el duelo a través del arte, presentado en la sede de AVES - Grupos de Ayuda Mutua de Barcelona, al que he asistitido esta mañana. Aunque no soy profesora de ningún centro educativo, como terapeuta floral, el proceso del duelo y su trabajo con los niños me interesa especialmente.

En el folleto informativo podemos leer una frase:

Cuando más completamente ha vivido uno, cuanto mas haya realizado sus capacidades creativas, menos temerá la muerte... la gente no teme la muerte por se, sino lo incompleto de sus vidas

Lisl Marburg Goodman

Este proyecto dirigido a las escuelas y también a las familias, quiere ser una actividad para tratar el tema de la muerte como pieza clave dentro de los ciclos de la vida, observando el comportamiento de la naturaleza, la antropologia cultural y el arte.

Ha hecho la presentación del proyecto Adela Torras, presidenta de la asociación AVES y han participado diversos de sus componentes, entre ellos estaba Concepció Poch, Psicopedagoga, a la que pude escuchar en la la II Jornada sobre el final de la vida, La muerte en los niños y adolescentes, en la Universidad de Vic en marzo del pasado año, y que ha explicado la importancia de la pedagogia de la vida y de la muerte y Oriol Garriga, artista y educador que nos ha mostrado los objetivos de esta actividad, sus contenidos y su procedimiento a través de un taller que hablará de la muerte a través del Arte, donde los niños conoceran diferentes procedimientos y técnicas artísticas y experimentaran con materiales en un proceso de creación que los acercará al reconocimiento de sus propias emociones y a valorar el hecho de expresarlas.

Para finalizar Anji Carmelo ha destacado la importancia de conectar con la trascendencia a través del Arte.




-->

El alma

Las Flores de Bach llevan, además de los remedios que utilizamos para equilibrar nuestros estados de ánimo, toda una filosofía que el doctor Bach dejó en sus escritos.

Estos escritos han sido estudiados de un modo extenso por Lluís Juan Bautista, como bien reflejan sus libros, en el último de ellos Edward Bach en Marlow Bucks, El amor como meta y camino de la perfección, elaborado junto a Luis Jiménez y Eduardo H. Grecco, componentes los tres del Grupo Synthesis, encontramos al final un Diccionario ideológico donde se encuentran citas de las Obras del doctor Bach.

Después de leer la entrevista en La Contra de La Vanguardia de hoy donde para Susana Martínez-Conde el alma es un producto del cerebro, he buscado las definiciones del alma en el libro que os acabo de citar, encontramos varias, desde las que hacen referencia a la enfermedad como conflicto entre el alma y la personalidad, a la de la inmortalidad de nuestra alma.

Tenemos pues dos visiones bien diferentes y que conducen a que cada uno haga sus propios análisis y conclusiones.

Susana Martínez-Conde, neurobióloga
"Toda experiencia vivida es fruto de la imaginación"
IMA SANCHÍS - 19/01/2010

Tengo 40 años. Nací en A Coruña y vivo en Phoenix (Arizona), donde dirijo el laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Barrow. Estoy casada y tengo dos hijos, uno recién nacido. El Estado debe fomentar la investigación. Soy atea: el alma es un producto del cerebro

Es usted fruto de mi imaginación?

Todo es fruto de la imaginación: cada experiencia vivida, cada persona conocida, cada objeto observado. El cerebro no reconstruye la realidad, sino que construye nuestra experiencia de la realidad.

¿Por mucho que quiera ser consciente de la realidad voy a inventármela?

Existe cierta correspondencia entre nuestra percepción subjetiva y el mundo real, de lo contrario andaríamos chocando contra los muebles, pero mi percepción de los objetos no es exactamente idéntica a la realidad.

¿A qué se refiere?

Si cojo un periódico y lo leo con luz artificial y con luz natural veo lo mismo: letras negras sobre fondo blanco; sin embargo, la cantidad de fotones que reflejan las letras negras con luz natural es mucho mayor.

Es decir…

No existe para el cerebro una experiencia absoluta de lo que es negro y de lo que es blanco, todo depende de con qué se le compare. Otro caso es el de la tercera dimensión: la información del volumen de los objetos no llega al cerebro porque nuestras retinas son bidimensionales. La tercera dimensión es una construcción cerebral, una ilusión.

¿Imaginar y ver es lo mismo?

Mirar una imagen de una persona o cerrar los ojos e imaginar esa imagen de la persona activa los mismos circuitos del cerebro. Realidad e ilusión son fronteras ficticias.

Siendo así, ¿cómo estudia la realidad?

Precisamente las ilusiones visuales son una de nuestras herramientas más importantes para entender cómo el cerebro construye nuestra experiencia de la realidad.

... Y por eso ha llenado usted su laboratorio de magos e ilusionistas.

Las ilusiones visuales y cognitivas desarrolladas por magos son muy útiles para estudiar las bases neuronales de la consciencia.

Cuénteme sus averiguaciones.

Al mago no le importa tanto distraer la mirada del espectador como manipular su atención. El espectador puede mirar atentamente el truco y sin embargo no verlo, porque está prestando atención a otro lugar.

No es lo mismo ver que mirar.

Exacto, que estés mirando algo no quiere decir que esa información se esté procesando conscientemente si la atención está puesta en otro lugar o está dividida, y esa es una de las técnicas de los magos: dividir la atención del espectador.

¿Y cuál es el valor científico de esta argucia?

Comprobar que nuestro cerebro puede disociar lo que es la atención de la información visual.

Entre sus colaboradores tiene a uno de los mayores carteristas de la historia.

Apollo Robbins, que saltó a la fama porque fue capaz de robar todo tipo de objetos al personal del servicio secreto de Jimmy Carter. En un visto y no visto les sustrajo sus carteras, identificaciones oficiales, el itinerario oficial del presidente, sus armas y todo tipo de objetos sin que se enterasen.

Excelente colaborador.

Robbins se dio cuenta de que podía manipular de manera diferente la atención del sujeto si realizaba un movimiento curvo o un movimiento recto con su mano. Utiliza un movimiento recto cuando quiere que la atención del sujeto vaya del punto A al punto B, y curvo si quiere que la atención se mantenga a lo largo de todo el movimiento. Sabemos que funciona, pero no por qué.

¿Cuál es su hipótesis?

Que estos dos tipos de movimiento activan sistemas diferentes de movimientos oculares en el cerebro. El movimiento recto activa el sistema sacádico (un movimiento rápido del ojo) y el movimiento curvilíneo activa un movimiento suave.

¿Y?

Durante el movimiento sacádico, mientras los ojos van de A a B, la percepción está suprimida. Vemos A y vemos B, pero no lo que ocurre entre A y B. Otro ejemplo.

...

Con Johnny Thompson, el Gran Tomsoni, investigamos el papel de la risa en sus espectáculos de magia. Mediante la comedia consigue manejar la percepción del espectador. Según Thompson, cuando la gente ríe, el tiempo se para y su truco pasa desapercibido.

¿Existe una relación entre humor y descenso de atención?

Todo apunta a una conexión importante entre emoción y atención que hoy por hoy es desconocida en neurociencia cognitiva.

¿A mayor emoción, menor atención?

Esa es la hipótesis. Los magos no sólo juegan con la atención, sino que también introducen falsas memorias. El mago describe la acción que acaba de hacer pero no de la manera exacta como sucedió, y eso da lugar a que el espectador lo recuerde como lo describió el mago y no como en realidad pasó. Así, al final del espectáculo, el espectador no puede reconstruir lo que ocurrió.

... Le faltan piezas del puzle.

Exacto, hay piezas que ha eliminado haciendo que el espectador preste atención a otro lugar y piezas que no corresponden. Por tanto, la reconstrucción no es posible.

¿Nadie puede?

Nadie, porque son procesos muy generales que tienen que ver con el cableado de nuestros cerebros, a excepción de los autistas, que no responden a las claves sociales que utiliza el mago para manipular la atención.

El santo grial

Ilusiona ver cómo los científicos abren su campo de visión, cómo esta reconocida neurocientífica se atrevió en uno de los congresos más importantes del mundo, el de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia, en el 2006, a llevar como valiosos colaboradores a magos e ilusionistas, porque por medio de sus trucos investiga de qué modo nuestro cerebro crea el mundo que percibimos. Ha venido a contárnoslo en el ciclo Abracadabra... Y el cerebro crea el mundo,en CosmoCaixa. Hablamos un par de horas hasta llegar a la gran pregunta: si tenemos la capacidad de observar nuestros propios pensamientos, ¿quién es el observador? "Ese es el mayor misterio en neurociencia, el santo grial".




lunes, 18 de enero de 2010

Presentación libro Joan Triadú

Esta mañana al incluir en el blog la entrevista de El Periódico, no sabía que acabaría asistiendo a la presentación del libro Textos i pretextos de pedagogia 1938-2008, de Joan Triadú, que se ha realizado esta tarde en la Institució Cultural del CIC, en la Via Augusta de Barcelona.

Ha resultado que se celebraba cerca de mi consulta, y a las siete de la tarde he podido ver personalmente al maestro Joan Triadú y a los miembros de la mesa de presentación de su libro.

Ha resultado una presentación excelente, una reflexión al amparo del libro sobre la Educación y el papel del maestro en la escuela.

Una educación que valora el esfuerzo y da posibilidades ceadoras y un maestro que acompaña a los alumnos a pensar de la manera correcta.

Francesc Torralba participaba en la presentación como director de l'Associació CIC y citando fragmentos del libro de Joan Triadú, ha destacado algunas cuestiones como que un maestro ha de tener cultura y estimular la dimensión emocional.

Que una virtud indispensable para un buen maestro es la clarividencia, un saber ver más alla y la donación, ya que el maestro da, aquello que sabe y aquello que es.

La importancia de ser cuidadoso con la expresión oral y con la escrita y vigilar la permisividad, pues puede llevarnos a la banalización.

Finalmente Joan Triadú ha intervenido brillantemente explicando anécdotas y vivencias, finalizando con una frase "Soy viejo, pero no me siento".

Entre líneas

Esta entrevista es muy corta y sin embargo se pueden deducir entre cosas, el darse cuenta de la importancia de hacer lo que nos gusta para ser feliz, y la importancia del papel de la escuela y de la educación en los niños de hoy que serán los hombres del mañana


Entrevista de Carme Escales a Joan Triadú en El Periódico de Catalunya / Lunes, 18 de enero 2009

La mañana del 4 de junio de 1992, Joan Triadú fue citado en el colegio Thau de Barcelona, del que es cofundador. Los 1.200 alumnos de la escuela que marcó su carrera pedagógica llenaban todos los patios del centro para regalarle un aplauso multitudinario: le había sido concedido el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes. La foto de aquella inmensa felicitación sorpresa es la portada del libro que hoy presenta: Textos i pretextos de pedagogia. 1938-2008 (Eumo editorial).

–Levantaron una escuela alternativa y catalana en pleno franquismo. ¿Qué anécdotas guarda de ello?
–Teníamos que estar siempre pendientes de la censura. Cuando había una inspección, escondíamos los libros en catalán y llevábamos a los niños a una planta y a las niñas a otra, porque tenían que estar, al menos, un kilómetro separados. El inspector solía hacer la vista gorda.

–¿Qué dejan 70 años en el aula?
–Algo que no se paga con dinero. A los 16 años, en plena guerra, di mi primera clase. Mis alumnos tenían 10 años. Si en algún sitio he sido feliz, ha sido dando clase. Todavía ahora echo de menos la escuela.

–¿Cuál es el profesor ideal?
–Aquel que no se queda en su tarima, sino que pasea por la clase haciendo participar a los alumnos y hace que estos se sientan, a la vez, atendidos y protagonistas. La escuela debe ser activa y participativa.

–¿Y lo más difícil para un maestro?
–Que los alumnos acepten de buen grado tu manera de hacer, no de pensar. Y que piensen por su cuenta.

–¿Qué temas aborda su libro?
–El trato con los alumnos, su inmersión, la relación con los padres...

–¿Qué ha mejorado y qué no?
–Tenemos libertad y democracia. Catalunya tiene un Estatut y el catalán, en lugar de estar prohibido, es la lengua de la escuela. Pero falta exigencia. Antes, la pedagogía valoraba el esfuerzo, trabajo y personalidad del alumno, y le educaba el carácter. Hoy, eso se valora menos.

–¿Cree que por eso se fracasa?
–A los alumnos que no pasan a secundaria no se les ha exigido suficiente esfuerzo. Parece que los padres temen enfrentarse a los hijos por los estudios, por si les dan la espalda. Muchos hablan de amistad, pero la condición de padres y amigos es diferente. Amigos tendrán los que tengan, padres, solo unos.

–¿Cómo se construye el esfuerzo?
–Acostumbrándolos a dar todo el rendimiento de manera espontánea y alegre, no como castigo.

domingo, 17 de enero de 2010

Impaciencia

Hay en el blog varias entradas de Impatiens, algunas de ellas relacionadas con el tiempo y con esa necesidad de conseguir las cosas ya.

Las primeras frases del reportaje las podríamos poner como ejemplos para determinar ese estado o carácter Impatiens negativo y al que tan bien le irán las gotas de la probablemente primera esencia que descubriera el doctor Bach en 1928.

Borja Vilaseca publicó en El País el 19 de diciembre 2009 este reportaje sobre la Impaciencia.

Es un reportaje largo, ten paciencia, y disfrútalo.

Querer acelerar el ritmo de los acontecimientos es una distorsión de nuestra mente. La clave para cambiar consiste en aprender a disfrutar el momento presente.

"Me gusta que las cosas sucedan cuando yo quiero"
"Odio que me hagan perder el tiempo"
"Mándame el informe urgentemente"
"¡Hay que ver qué lenta es la gente!"
"Ya va siendo hora de que cambien las cosas"
"¡Date prisa, que llegamos tarde!"
"¡Lo necesito ahora mismo!"
"¿Por qué no me ha llamado todavía?"
"¡Me muero por que sea viernes!"
"No soporto que me hagan esperar"

"Para tener una actitud más constructiva hay que recordar de vez en cuando que todos los procesos tienen su función y su tempo"
Si le resulta muy familiar alguna de estas afirmaciones, seguramente conocerá bien qué es la impaciencia. Pero no se preocupe. Es una distorsión psicológica que tiene cura. Tan sólo basta comprender que es inútil. No sirve absolutamente para nada. Por más que nos quejemos, enfademos y lamentemos, las cosas van a seguir yendo a su ritmo, tal y como lo han estado haciendo y lo van a seguir haciendo siempre.
Y no sólo eso. Es muy perjudicial para nuestra salud emocional. Cada vez que nos invade la impaciencia es como si tomáramos un vasito de cianuro, vertiendo veneno sobre nuestra mente y nuestro corazón. Eso sí, a pesar de que vivimos en una sociedad que premia y ensalza la velocidad y la inmediatez, desprenderse del hábito de "querer las cosas para ya" es posible. Todo se reduce a un simple cambio de actitud.
EL VENENO DE LA PRISA
"Deseamos ser felices aun cuando vivimos de tal modo que hacemos imposible la felicidad"
(San Agustín)
Imagínese que está al volante de su coche, conduciendo tranquilamente por una calle de un solo carril. De pronto se forma una inesperada caravana. Aunque usted no puede verlo, parece que un camión se ha detenido unos cuantos metros más adelante para realizar una descarga. Pasan los segundos y usted sigue sin poder avanzar. Poco a poco empieza a ponerse nervioso. Echa un vistazo a su reloj y suelta un tedioso resoplido.
Al poco rato comienzan a sonar los primeros bocinazos. En medio de aquel insoportable ruido, finalmente pierde la paciencia y, harto de esperar, se suma a la protesta y toca varias veces el claxon con rabia.
Al cabo de un rato retoma la marcha, impotente y molesto por lo sucedido. Puede que usted no sea consciente, pero las emociones negativas que ha creado mientras apretaba el claxon con fuerza le van a acompañar el resto del día. ¿Y todo ello para qué? ¿Acaso su impaciencia le ha servido para acelerar la descarga realizada por el camión? ¿Realmente cree que el conductor ha tardado más de lo necesario aposta sólo para fastidiarle? Lo paradójico es que la impaciencia sólo le ha perjudicado a usted.
LA RAÍZ DE LA IMPACIENCIA
"Lo que causa tensión es estar 'aquí' queriendo estar 'allí', o estar en el presente queriendo estar en el futuro"
(Eckhart Tolle)
Pero entonces, ¿por qué lo hacemos? ¿Por qué somos impacientes? Aunque parezca mentira, ninguno de nosotros elige tomar esta actitud cuando la vida no se ajusta a nuestros planes. Por el contrario, la impaciencia surge mecánica y reactivamente de nuestro interior cuando vivimos de forma inconsciente. Se trata de un efecto, un síntoma, un resultado negativo que pone de manifiesto que la mirada que estamos adoptando frente a nuestras circunstancias es errónea.
Si volvemos al ejemplo del atasco de tráfico anterior -que puede ser extrapolado a cualquier otra situación cotidiana-, nos damos cuenta de que nuestro malestar surge al poner el foco de nuestra atención en el denominado "círculo de preocupación". Es decir, en todo aquello que no depende de nosotros, como que el conductor del camión realice la descarga más rápidamente. Y al no poder hacer nada al respecto, nos invade la impotencia, y con ésta, el agobio, el enfado y la lamentación.
Sin embargo, el camión tiene todo el derecho de pararse y realizar la descarga, de igual manera que nosotros también detenemos nuestro coche a veces, haciendo demorar a otros conductores. Si nuestro día a día no es más que un continuo proceso repleto de otros necesarios para que todos podamos completar nuestras actividades personales y profesionales, ¿dónde está el problema? ¿Por qué es tan difícil adaptarse a lo que sucede?
EL ARTE DE VIVIR DESPIERTO
"Si no hallas satisfacción en ti mismo, la buscas en vano en otra parte"
(François de la Rochefoucauld)
La respuesta se encuentra dentro de nuestra cabeza. Cada vez que nos sentimos impacientes, ocasionándonos a nosotros mismos un cierto malestar, significa que estamos interpretando los acontecimientos externos en base a una creencia limitadora: que nuestra felicidad no se encuentra en este preciso momento, sino en otro que está a punto de llegar. O, dicho de otra manera: como creemos que no podemos estar a gusto en medio de un atasco, deseamos que éste termine de inmediato para poder llegar a nuestro destino, donde sí podremos gozar de nuestro bienestar.
Sin embargo, funcionar según esta falsa creencia revela una verdad incómoda, que suele costarnos bastante aceptar: la impaciencia suele ser un indicador de que no estamos a gusto con nosotros mismos. Porque si lo estuviéramos realmente, no tendríamos ninguna prisa en que el camión (o cualquier otra persona, cosa o situación) avanzara a una velocidad mayor de la que lo está haciendo. Ni siquiera aparecería la prisa, pues ya sabríamos de antemano que no sirve para acelerar el ritmo de lo que nos sucede.
Lo cierto es que sólo a partir de un estable bienestar interno podemos empezar a relacionarnos con nuestras circunstancias de una manera más consciente, pudiendo tomar la actitud y la conducta más convenientes en cada momento. A esta capacidad, los psicólogos y coachs contemporáneos la llaman "vivir despierto". Al darnos cuenta de que no podemos cambiar lo que nos sucede, sí podemos modificar nuestra actitud, centrándonos en el denominado "círculo de influencia". En el caso del atasco, implicaría respirar profundamente, poner la radio, cantar, pensar en positivo y otras acciones que dependieran por completo de nosotros.
De esta forma nos ahorraríamos la desagradable compañía de la impaciencia, un huésped que de tanto visitarnos termina por instalarse indefinidamente en nuestro interior. Eso sí, para adoptar esta actitud más constructiva es necesario que nos recordemos de vez en cuando que todos los procesos que conforman nuestra vida tienen su función y su tempo. De ahí que, por más que intentemos acelerarnos, siempre terminaremos chocando una y otra vez con esta inmutable verdad, causándonos por el camino la experiencia del malestar.
LA VIDA TIENE SU PROPIO RITMO
"El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla"
(Lao Tse)
Cuenta una historia que un hombre paseaba por el campo, aburrido, sin nada qué hacer. De pronto se encontró un capullo de mariposa y decidió llevárselo a casa para distraerse un rato, viendo cómo ésta nacía. Tras veinte minutos observando la crisálida, empezó a notar cómo la mariposa luchaba para poder salir a través de un diminuto orificio.
El hombre estaba realmente excitado. Jamás había visto nacer a una mariposa. Sin embargo, pasaron las horas y allí no ocurrió nada. El cuerpo del insecto era demasiado grande, y el agujero, demasiado pequeño. Impaciente, el hombre decidió echarle una mano. Cogió unas tijeras y, tras hacer un corte lateral en la crisálida, la mariposa pudo salir sin necesidad de hacer ningún esfuerzo más.
Satisfecho de sí mismo, el hombre se quedó mirando a la mariposa, que tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas, débiles y arrugadas. El hombre se quedó a su lado, esperando que en cualquier momento el cuerpo de la mariposa se contrajera y desinflara, viendo a su vez crecer y desplegar sus alas. Estaba ansioso por verla volar.
Sin embargo, debido a su ignorancia, disfrazada de bondad, aquel hombre impidió que la restricción de la abertura del capullo cumpliera con su función natural: incentivar la lucha y el esfuerzo de la mariposa, de manera que los fluidos de su cuerpo nutrieran sus alas para fortalecerlas lo suficiente antes de salir al mundo y comenzar a volar. Su impaciencia provocó que aquella mariposa muriera antes de convertirse en lo que estaba destinada a ser.

LA FILOSOFÍA DEL 'AQUÍ Y AHORA'
"Bendito regalo es este al que llaman presente"
(Sebastian Skira)
Más allá de comprender que todos los procesos que forman parte de nuestra existencia tienen su propio ritmo, despedirse de la impaciencia también implica descubrir que lo que necesitamos para ser felices ya se encuentra en este preciso instante y en este preciso lugar. De hecho, es imposible hallarla en ningún otro momento ni en ninguna otra parte.
Aunque se ha repetido hasta la saciedad, los seres humanos tenemos un peculiar rasgo en común: tendemos a olvidar lo que necesitamos recordar y a ser víctimas y esclavos de esta negligencia. Así, el pasado es un recuerdo y el futuro es pura imaginación. Lo único que existe de verdad es el presente, que es el espacio y el tiempo donde podemos recuperar el contacto con nuestro bienestar interno. Aunque no nos lo parezca, ahora mismo todo está bien. Todo está en su sitio, tal y como tiene que ser. El problema lo crea nuestra mente cuando no acepta lo que hay, tratando de cambiar lo externo, que no depende de nosotros, y posponiendo nuestra propia transformación, que sí está a nuestro alcance.
Algunos coachs especializados en desarrollo personal proponen que la próxima vez que nos invada la impaciencia nos preguntemos: "¿Qué es lo que no estoy aceptando? ¿Qué le falta a este momento? ¿De qué manera lo que está sucediendo me impide ser feliz? ¿Qué prisa tengo? ¿Qué voy a hacer luego?". Al analizar las respuestas, concluimos que desear que llegue un futuro imaginario suele ser una consecuencia de no estar en paz con nosotros mismos en el presente. Aprendemos a fluir cuando comprendemos que la realidad siempre es aquí y el momento siempre es ahora.

Vivir el momento

Cuenta una historia que el sabio Confucio animó a uno de sus discípulos a caminar por un bosque. Mientras el maestro paseaba distraídamente, silbando y observando los árboles y los pájaros con los que iba cruzándose por el camino, su acompañante parecía nervioso e inquieto. No tenía ni idea de adónde se dirigían. Harto de esperar, finalmente el discípulo rompió su silencio y le preguntó: "¿Adónde vamos?". Y Confucio, con una amable sonrisa en su rostro, le contestó: "Ya estamos".


Y si has llegado al final no te habrá pasado como a Miguel Ríos a quien le domina la impaciencia en su canción Santa Lucía

sábado, 16 de enero de 2010

Libro y DVD de Flores de Bach

Ayer en el encuentro semanal Viernes activos en la sede de Sedibac, había un nuevo libro de Flores de Bach.

Ricardo Orozco, presidente de Sedibac, nos presentó a Artur Jose Lopes autor de Flores de Bach Curando Emociones.

Se trata de un libro de divulgación con dos componentes diferenciados, de un parte el libro escrito por Artur, con una introducción de conceptos básicos sobre Edward Bach, su filosofia e indicaciones prácticas sobre los preparados de las Flores de Bach y una descripción de los 38 remedios, clasificando las flores por los siete grupos emocionales que definió el propio doctor Bach.

Todas las flores que ilustran este libro son de Jordi Cañellas, autor del Cuaderno Botánico de Flores de Bach.

En el DVD de 70 minutos seguimos a Artur y a Jordi en una visita por El Jardí de les essències donde nos muestran la elaboración de las esencias por los métodos de solarización y ebullición y unos Cuadernos de campo de algunas Flores de Bach que se encuentran en el Jardí y donde los diálogos entre ambos nos dan una visión completa de algunas de las Flores de Bach desde un punto de vista emocional compartido con su Signatura.

Este material se ha producido por El mundo de las terapias que tiene un portal dedicado exclusivamente al mundo de las terapias alternativas, con una revista mensual y de descarga gratuita EMT.

jueves, 14 de enero de 2010

Elegir

La flor Scleranthus fue descubierta por el doctor Bach en Cromer, en 1930, y tiene unas pequeñas flores de color verde, es la flor que nos aporta equilibrio, la virtud que desarrolla es la Estabilidad frente a la Indecisión como defecto.

Si recordamos la definición del doctor Bach:

Para quienes sufren mucho por ser incapaces de decidir entre dos cosas; primero les parece bien una, luego la otra. Generalmente son personas calladas que sobrellevan solas su dificultad, ya que no se sienten inclinadas a comentarla con otros

E. Bach


Scleranthus
Foto: Pilar Vidal Clavería

En el último programa de Redes ¿Por qué más es menos? podemos ver como se repite una y otra vez este patrón personal definido por el doctor Bach en Scleranthus, uno de sus doce primeros remedios.

En el resumen del programa leemos:

¿Somos más libres por tener más donde elegir… o más bien nos ahogamos en el océano de posibilidades que tenemos a nuestro alcance? El psicólogo Barry Schwartz nos da en Redes algunos consejos para no sucumbir a la perpetua insatisfacción que nos persigue en la sociedad moderna marcada por la abundancia.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...