Esta vez desde Aiguafreda y siguiendo las numerosas y claras indicaciones del GR 5, sí llegamos al castillo del Tagamanent a 1055 m de altitud y desde donde la vista en un día claro y luminoso era espectacular, se distinguía el Tibidabo y la torre de Collserola, Montserrat, la Mola y al fondo los Pirineos todavía nevados.
En el recorrido que discurre entre abundante vegetación pudimos ver gran cantidad de flores muchas de ellas lilas y amarillas.
Linum narbonense
Como premio en la cumbre asomaban unas pocas Star of Bethelehem, Ornithogalum umbellatum, las primeras al natural que he visto esta temporada.
He tardado un poco en comentar en el blog la excursión del sábado, porque a la vuelta el anuncio en mi escalera de la muerte de Joan, el vecino con el que he compartido vivencias durante casi 25 años, me ha emocionado, y me he dejado sentir, la pena con el llanto por su muerte, la rabia porque le ha tocado a él y deja tan tristes a su mujer y a su hijos y el agradecimiento porque me ha enseñado con su buen hacer, el saber disfrutar de las cosas sencillas y cotidianas.
En su despedida en la ceremonia del Tanatorio había dolor y también amor, que se desprendía de todos los que acompañábamos a la familia.
Las flores de esta entrada y la canción de la Salve Rociera son para su recuerdo.
Texto y fotografías: Pilar Vidal Clavería
2 comentarios:
¡Qué bonitas flores! Enhorabuena. Un abrazo
Gracias Elvira, tus comentarios siempre son muy bien recibidos
Un abrazo
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