I ara, on és?
Com ajudar els nens i els adolescents a entendre la mort
Viena Edicions
Su traducción al castellano:
Y ahora, ¿donde está?
Cómo ayudar a los niños y a los adolescentes a entender la muerte
Esta pregunta es la del título del libro que Immaculada Diaz Teba, escribió en el 2004 y del que oí hablar en la II Jornada sobre el final de la vida, La muerte en los niños y adolescentes, donde Immaculada participaba como ponente en la Mesa redonda.
La primera parte de libro es La perdida: ¿final o principio?
Con preguntas y respuestas vamos siguiendo esta primera parte, donde todas las respuestas tienen un elemento en común, la coherencia, que las palabras que tengan nuestras respuestas no contradigan el resto de información que trasmitimos, ya que la comunicación humana no se hace únicamente a través de las palabras, recordemos que depende de éstas en un 7% y el resto del mensaje que transmitimos, el restante 93%, lo constituyen otros aspectos, desde nuestra voz a otros aspectos corporales, que no olvidemos los niños perciben con gran facilidad.
En cuanto a recursos para afrontar el duelo sugiere:
- Cuidar el sentido de culpabilidad que puedan sentir los niños
- Jugar, hay ratos para estar triste y otros para divertirse
- No utilizar mentiras ni engaños
Con la perdida vivimos una gran cantidad de emociones además del dolor y también experimentamos cambios físicos y en nuestra manera de ser.
La reacción normal, de adaptación a la pérdida de un ser querido o de una persona con la que tenemos un lazo sentimental, es el duelo, no es una enfermedad, es un proceso, su elaboración requiere tiempo y darse permiso para sentir diferentes emociones.
Teniendo en cuenta que las pérdidas no solo son de personas sino de objetos especiales, ideales, roles, trabajos...desde que nacemos hasta que morimos estamos cambiando, vivir es crecer y cambiar.
Aunque el título hace referencia a cómo ayudar a los niños y a los adolescentes, hay una premisa básica e importantísima no podemos ayudar a nadie si primero nosotros mismos no tenemos resueltas las dudas y las preguntas sobre la muerte y a medida que vamos leyendo nos podemos dar cuenta de todo ello.
Partiendo de que un duelo no es una depresión, especifica los diferentes tipos de duelo desde un duelo patológico a un duelo enmascarado.
Tener en cuenta la gran capacidad de adaptación de los niños y su enorme potencial, sólo necesitan nuestra confianza y soporte.
Los niños perciben aunque cognitivamente no puedan entenderlo.
Ayudar a un niño no significa aislarlo del sufrimiento, si lo ponemos bajo una campana de cristal sólo conseguimos que se ahogue.
La segunda parte de libro esta dedicada a la infancia, a las diferentes edades de niño:
- La edad de las sensaciones y del movimiento, de los 0 a los 24 meses. No existe el lenguaje ni los conceptos ni de vida ni de muerte.
- De los 2 a los 6 años, yo y mi mundo mágico, en esta edad los niños no tienen todavía suficiente habilidad con el lenguaje para poder expresar con palabras lo que les está pasando, por eso lo manifiestan utilizando el cuerpo.
- De los 6 a los 8 años, un pequeño científico, el niño presenta una evolución cognitiva que le permite entender dos factores relacionados con el hecho de morir, que la vida es finita y la muerte irreversible.
- De los 8 a los 12 años, el chico que piensa y dialoga, asume conceptos abstractos
La tercera parte trata de la adolescencia, un trabajo de cambio y de adaptación
- ¿Quien soy yo?, la adolescencia de los 12 a los 14 años
- Grande para unas cosas y pequeño para otras de los 14 a los 18 años
- A las puertas del futuro de los 18 a los 23 años
Hay que tener en cuenta el no invertir la relación de protección y de tener cuidado de los padres hacía los hijos, es importante el aclarar que los niños son niños y son los padres los que los han de proteger, los hijos han de seguir siendo niños.
A lo largo de todo el libro nos encontramos con ejemplos que permiten entender mucho mejor las diferentes situaciones que podemos encontrarnos.
Cómo ideas que pueden ser de utilidad destacan el juego y el dibujo y los cuentos, en especial los cuentos de hadas.
El libro El pequeño da Vinci, que comenté el pasado día de Sant Jordi, también puede ser de ayuda para aprender a hablar con los niños de la vida y de la muerte.
Como complemento a esta entrada en fecha 18 de abril 2010, incluyo este enlace con el programa Campus de Televisió de Catalunya, que se emitió el 25 de abril del 2006 y donde podemos ver a Immaculada Diaz Teba en una entrevista con el título:
Com vieun els infants la mort?
Com ajudar els nens i els adolescents a entendre la mort
Viena Edicions
Su traducción al castellano:
Y ahora, ¿donde está?
Cómo ayudar a los niños y a los adolescentes a entender la muerte
Esta pregunta es la del título del libro que Immaculada Diaz Teba, escribió en el 2004 y del que oí hablar en la II Jornada sobre el final de la vida, La muerte en los niños y adolescentes, donde Immaculada participaba como ponente en la Mesa redonda.
La primera parte de libro es La perdida: ¿final o principio?
Con preguntas y respuestas vamos siguiendo esta primera parte, donde todas las respuestas tienen un elemento en común, la coherencia, que las palabras que tengan nuestras respuestas no contradigan el resto de información que trasmitimos, ya que la comunicación humana no se hace únicamente a través de las palabras, recordemos que depende de éstas en un 7% y el resto del mensaje que transmitimos, el restante 93%, lo constituyen otros aspectos, desde nuestra voz a otros aspectos corporales, que no olvidemos los niños perciben con gran facilidad.
En cuanto a recursos para afrontar el duelo sugiere:
- Cuidar el sentido de culpabilidad que puedan sentir los niños
- Jugar, hay ratos para estar triste y otros para divertirse
- No utilizar mentiras ni engaños
Con la perdida vivimos una gran cantidad de emociones además del dolor y también experimentamos cambios físicos y en nuestra manera de ser.
La reacción normal, de adaptación a la pérdida de un ser querido o de una persona con la que tenemos un lazo sentimental, es el duelo, no es una enfermedad, es un proceso, su elaboración requiere tiempo y darse permiso para sentir diferentes emociones.
Teniendo en cuenta que las pérdidas no solo son de personas sino de objetos especiales, ideales, roles, trabajos...desde que nacemos hasta que morimos estamos cambiando, vivir es crecer y cambiar.
Aunque el título hace referencia a cómo ayudar a los niños y a los adolescentes, hay una premisa básica e importantísima no podemos ayudar a nadie si primero nosotros mismos no tenemos resueltas las dudas y las preguntas sobre la muerte y a medida que vamos leyendo nos podemos dar cuenta de todo ello.
Partiendo de que un duelo no es una depresión, especifica los diferentes tipos de duelo desde un duelo patológico a un duelo enmascarado.
Tener en cuenta la gran capacidad de adaptación de los niños y su enorme potencial, sólo necesitan nuestra confianza y soporte.
Los niños perciben aunque cognitivamente no puedan entenderlo.
Ayudar a un niño no significa aislarlo del sufrimiento, si lo ponemos bajo una campana de cristal sólo conseguimos que se ahogue.
La segunda parte de libro esta dedicada a la infancia, a las diferentes edades de niño:
- La edad de las sensaciones y del movimiento, de los 0 a los 24 meses. No existe el lenguaje ni los conceptos ni de vida ni de muerte.
- De los 2 a los 6 años, yo y mi mundo mágico, en esta edad los niños no tienen todavía suficiente habilidad con el lenguaje para poder expresar con palabras lo que les está pasando, por eso lo manifiestan utilizando el cuerpo.
- De los 6 a los 8 años, un pequeño científico, el niño presenta una evolución cognitiva que le permite entender dos factores relacionados con el hecho de morir, que la vida es finita y la muerte irreversible.
- De los 8 a los 12 años, el chico que piensa y dialoga, asume conceptos abstractos
La tercera parte trata de la adolescencia, un trabajo de cambio y de adaptación
- ¿Quien soy yo?, la adolescencia de los 12 a los 14 años
- Grande para unas cosas y pequeño para otras de los 14 a los 18 años
- A las puertas del futuro de los 18 a los 23 años
Hay que tener en cuenta el no invertir la relación de protección y de tener cuidado de los padres hacía los hijos, es importante el aclarar que los niños son niños y son los padres los que los han de proteger, los hijos han de seguir siendo niños.
A lo largo de todo el libro nos encontramos con ejemplos que permiten entender mucho mejor las diferentes situaciones que podemos encontrarnos.
Cómo ideas que pueden ser de utilidad destacan el juego y el dibujo y los cuentos, en especial los cuentos de hadas.
El libro El pequeño da Vinci, que comenté el pasado día de Sant Jordi, también puede ser de ayuda para aprender a hablar con los niños de la vida y de la muerte.
Como complemento a esta entrada en fecha 18 de abril 2010, incluyo este enlace con el programa Campus de Televisió de Catalunya, que se emitió el 25 de abril del 2006 y donde podemos ver a Immaculada Diaz Teba en una entrevista con el título:
Com vieun els infants la mort?
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