domingo, 20 de diciembre de 2009

Darse permiso

El marido y las hijas de Montse publican el libro '"L'última baula d'una cadena", en el que explican qué decidieron hacer para cuidar y querer a su esposa y madre
Entrevista de Ana Macpherson en La Vanguardia de hoy 20 de diciembre de 2009 / Ciudadanos
Yo creía que aquello era normal, que mi madre se quedara tumbada en el sofá sin poder hacer nada durante horas tras llegar de la escuela, su trabajo, o que cambiara todos los muebles de sitio de repente, o que papá se ocupara de los deberes, de todo…". La hermana pequeña, Núria, descubrió que su vida no era normal y que su madre tenía una enfermedad mental cuando tuvieron que ingresarla. Se pasó dos años sin hablar del tema, hasta que pudo. "Eso es importante, cada uno lo vive de una manera, no hay un único modo. Reconocer esas variaciones personales es importante para estar en paz, para perdonarse", señala Roser, la segunda hermana, psicóloga ahora.
"La enfermedad mental es la única que te obliga a tomar distancia del enfermo para no enfermar tú y poder quererle, y cuidarle", explica Maria, la mayor, que se casó sin que su madre opinara sobre su traje de novia, porque ella no podía. "Ahora puedo decir que yo la quiero, que ella siempre será mi esposa, que mamá es mamá. Es importante respetar su dignidad", sentencia Josep Maria, padre de Núria, Roser y Maria y esposo de Montse, la protagonista de L'última baula d'una cadena (Azul), el libro que han escrito entre los cuatro donde explican qué decidieron hacer para cuidar y querer a Montse y seguir siendo una familia.

"Es una opción", resume Josep Maria Feliu. Ellos decidieron seguir juntos, ocuparse juntos de la situación y, en su caso, tutelar la enfermedad de su mujer y mantener a toda costa su familia. "Eso supone a veces renunciar a ofertas de trabajo, al sexo, a buena parte de la vida social y saber que tienes que suplirla con los hijos, hacer tu tarea y la suya: deberes, comida, cuidado de cada uno. Es una opción. También cabe la contraria. También es legítimo abandonar. De hecho es lo que más vemos, y, de verdad, es absolutamente comprensible".

El debut de la enfermedad. "Una de las tareas difíciles es reconocer que tu familiar está enfermo". No suele aparecer como un diagnóstico directo y claro, no es un hueso roto ni un tumor. Es algo que poco a poco convierte a esa persona en extraña, incapaz de hacer muchas cosas que antes hacía y también detectar que gran parte de lo que habitualmente hace es consecuencia de esa enfermedad. "Logras reconciliarte con el enfermo, pero sólo cuando las cosas están controladas. Para los médicos sólo existe el estar compensado clínicamente, pero no entran más allá, aunque al llevártela de nuevo a casa se ponga a limpiar el suelo hasta romper un destornillador rascando y rascando las juntas de las baldosas".

Adónde acudir. Cuando empezó la enfermedad de Montse no había sitio en la sanidad pública para un caso incipiente y acudieron a la privada, muy cara y deslavazada. "En ningún sitio nos habían escuchado a todos hasta que llegamos a los servicios sanitarios públicos y por primera vez pudimos también llamar al médico por teléfono. Pero no contamos con esto hasta que ya estaba muy deteriorada". Hoy Montse vive en un centro psiquiátrico donde cada día recibe a hijas, marido, cuñadas o –dos días– a una cuidadora. "Hay que seguir cuidándola, viéndola, comprándole ropa, hablando con ella". Y aprendiendo: "Que ya no te pregunta, que no puede salir a la calle porque ya no sabe andar, que le cuesta identificar a sus hijas".

Lo que se echa en falta. "Hay que poder ingresarla y ser escuchado, esa es una de las grandes carencias. Faltan muchos recursos, centros de día, alternativas".

Hay que cortar con la incomprensión. Lo normal es que la familia extensa deje de ir a verla. "Donde ahora está mi madre, hay pacientes a los que sólo va a verles su madre. Y tienen padre y hermanos, pero no van". Socialmente, encima, "se banaliza. Es un horror ver en televisión cómo alguien se presenta bromeando como bipolar, como loca".

Los amigos "nos comprenden, pero no lo entienden. Muchos desaparecen del mapa o, si se atreven a preguntarte, sólo están esperando un "Oh, está bien". Es un gran tabú. Lo único que parece importar es lo morboso. Te dicen "¿te reconoce?", cuando lo que pasa es que está fatal".

Conservar el respeto. La consigna fue siempre Mamá es mamá. El respeto por ella "incluye respetarte a ti mismo. Lo fácil es hablar mal de ella y de la situación. Cuesta digerir lo que pasa. Cuesta llegar a entender que ella puede lo que puede y que también te quiere" y lo expresa de otra forma. "Hay fases en que sólo ves lo malo. Me pasó cuando Montse se fue definitivamente de casa. Al meterme solo en la cama, únicamente recordaba lo malo". Cada miembro de la familia asume un papel propio en el cuidado de Montse "y ella también demanda de forma diferente a unos y otros. Ella nunca aceptó que estaba enferma".

En paz. "La cosa cambió mucho cuando empezamos la terapia familiar". El truco es buscar a toda costa estar mejor. "Ganas de salir corriendo las hemos tenido. Puedes optar por dejar de ir a verla, pero ella seguirá allí viva. Da mucha paz saber que lo hacemos bien, que ella está bien allí". Para volver a sentir "que la quiero, primero he tenido que aceptar que no se va a curar, que nuestro proyecto de familia ha acabado siendo otro diferente al que proyectamos juntos. Salgo llorando muchos días, pero sé que ella está bien. Se necesita que alguien te diga "ya vale". Has de aprender a darte permiso. Consigues la paz cuando te perdonas"
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No se específica en la entrevista de qué terapia familiar se trata, todo y que a mi me resuenan muchos aspectos de la Terapia sistémica que se lleva a cabo en las Constelaciones Familiares. En cualquier caso vale la pena leer la entrevista con calma por lo mucho que puede enseñarnos y buscaré el libro para comprarlo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Observar y sentir

Por tercer año consecutivo la Obra Social "La Caixa" ha organizado una exposición temporal en un espacio al aire libre.

En la entrada que hice en el blog el domingo 16 de noviembre del 2008, explicaba que a partir de la primera exposición temporal de Arte en la calle, con esculturas del artista de origen polaco y nacido en Alemania Igor Mitoraj , El mite perdut, en mayo y junio del 2007, realicé una serie de fotografías a partir de las cuales establecí una relación primero con las esculturas y los Doce Sanadores del doctor Bach y después con las esculturas y los Siete Ayudantes.

Las fotografías representaban el defecto a superar, a trabajar con cada uno de los remedios.

En el 2008 la exposión del Arte en la calle se realizó con obras de Manolo Valdés y asocié sus esculturas con algunas de las últimas Diecinueve Flores de Bach.

De nuevo en la Rambla de Catalunya de Barcelona entre las calles de Consell de Cent y Diputació, el Arte está en la calle y esta vez con obras de Auguste Rodin (París, 1840 – Meudon, 1917).

Las siete esculturas que forman la exposición son El pensador, que en un principio debía formar parte del grupo escultórico de La Puerta del Infierno y seis estudios de Los burgueses de Calais.

También he encontrado esculturas que podemos relacionar con las Flores de Bach, la primera puede ser Pine.

Pine

Para quienes se culpan a si mismos. Incluso cuando algo le sale bien piensan que podrían haberlo hecho mejor y nunca están satisfechos de sus esfuerzos o resultados. Son muy laboriosos y sufren tanto por los errores que se atribuyen como por los que se deben a otros, que acaban adjudicándose también

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936


Andrieu d'Andres, 1888 de Auguste Rodin


Andrieu d'Andres, 1888 de Auguste Rodin
Fotos: Pilar Vidal Clavería

La toma de la esencia nos permitirá vivir desde la responsabilidad y no desde el rechazo emocional hacía uno mismo, llevándonos a la rectificación y a una mayor autoestima.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Educación para el futuro

El doctor Edward Bach en los años treinta del pasado siglo XX cuando describió sus remedios florales definió un estado de ánimo para cada uno de ellos. Hacía una llamada a la reflexión sobre las emociones y su papel en la aparición de la enfermedad.

En el libro Inteligencia emocional y Flores de Bach, Tipos de personalidad en psicología contemporánea, de noviembre del 2005, Boris C. Rodríguez y Ricardo Orozco, explican el despertar de la conciencia de las emociones.

En el programa Redes, Educar para fabricar ciudadanos, vemos a Eduardo Punset asistiendo a las Jornadas celebradas en Washington DC, Educando a los ciudadanos del mundo para el siglo XXI.

En el campo de la educación uno de los retos para este siglo es la importancia de unir la ciencia educativa y la tradición contemplativa budista, potenciar una educación en valores.

El Dalia Lama fue invitado y participante de honor en estas Jornadas y podemos seguir sus palabras en el programa, tambien podemos ver a Daniel Goleman, autor de Inteligencia emocional.

martes, 15 de diciembre de 2009

Sentimientos

Gaspar Hernández, autor de la novela El silencio, ha publicado un libro que recoge algunas de sus entrevistas y artículos.

Se titula L'ofici de viure bé. Eines útils per al benestar emocional. En castellano El oficio de vivir bien.

En el último capítulo sobre La vida, la enfermedad, la muerte y el agua, encontramos la entrevista que realizó el 12 de diciembre del 2007 con Anji Carmelo, doctora en Metafísica.

Anji Carmelo es autora de libros sobre la enfermedad, el duelo y la muerte. Ayuda a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido.

"Cuando muera seré un ser invulnerable"

GASPAR HERNÁNDEZ

--¿Cómo se imagina a usted misma el día después de su muerte?
--Totalmente liberada de este magnífico cuerpo físico que todos tenemos y en un estado sin limitaciones, sin miedos, sin dudas. Nuestra existencia física nos encadena a los miedos y a la vulnerabilidad. Al morir, seré un ser invulnerable.

--¿Un ser? No tendrá conciencia de ello. No tendrá conciencia.
--Al contrario, la conciencia no se va, aumenta. Nuestro cuerpo nos está impidiendo que nuestra conciencia llegue hasta donde tiene que llegar. En estos momentos nuestra conciencia está por todo el universo, pero está como atada al cuerpo. Excepto, por ejemplo, cuando soñamos, porque entonces alcanzamos nuestras ilimitaciones.

--¿A usted le sucede a menudo?
--A las tres o a las cuatro de la madrugada. Me despierto y veo cosas que no había visto antes y que utilizo en mis libros y charlas. También me pasa en la ducha.

--Claro, es doctora en metafísica.
--Le pasa a todo el mundo, aunque no sea consciente de ello.

--¿Qué es la metafísica?
--La ciencia de lo invisible. Todo lo que realmente es, está más allá de lo visible.

--No lo entiendo.
--Todo lo que es auténtico o esencial no tiene nada que ver con lo que podemos ver y tocar.

--¿Con qué tiene que ver?
--Con esa parte nuestra que ahora se está expresando a través del cuerpo físico, pero que muchas veces no necesita al cuerpo para realizarse; esos mundos interiores, esas profundidades que cuando intentamos explicar, exteriorizar, se nos van.

--Algunos a eso lo llaman alma.
--O cuerpo esencial. Tiene tres expresiones: amor, sabiduría y voluntad.

--¿Usted cree en Dios?
--Sí, pero no en una figura concreta, sino en una fuerza creadora.

--¿Cómo se la imagina?
--Está en todo. Es lo que da chispa a las cosas, a todo.

--Usted acompaña en los procesos de duelo. Parece una vida triste.
--Yo no siento la tristeza. He pasado mis duelos y pérdidas, y cada vez que pensaba que no sobreviviría a una muerte cercana, he sobrevivido y he salido más reforzada, más persona, con más recursos. Cuando me llega una persona con mucho dolor, voy más allá y veo todo lo que va a llegar a ser cuando supere ese abatimiento. Si yo no intuyese su futuro, no podría ayudarla, porque me contagiaría la tragedia de su pérdida.

--Nos cuesta aceptar la muerte.
--Cuando es lo único que tenemos seguro. Además, es la gran conocida. Hemos llegado aquí hoy con incontables muertes a nuestras espaldas. Para crecer, lo que ya no sirve tiene que morir para dar lugar al cambio.

--¿Por qué cuesta tanto dejar ir?
--Cuesta soltar la materialidad. Nos identificamos con lo material y creemos que somos más si tenemos más cosas. Pero si empezamos a vivir lo que no es perecedero, los sentimientos, motivaciones e inspiraciones, llegará un momento en que podremos soltar nuestro cuerpo físico porque ya no formará parte de nuestra importancia como ser.

--Tenemos motivaciones porque tenemos un cerebro, cuerpo físico.
--El cerebro no es la base de la conciencia. No necesariamente se tiene que vivir a través del cuerpo. La gran frustración es reducir todo lo que somos y sentimos y pensamos a este cuerpo. Estamos aquí para cambiar.

--¿Y después?
--Una vez conectamos con la parte inmortal de nosotros, la parte que no se muere, empezamos a vivir de forma distinta. Empezamos a no dar importancia a las cosas perecederas, a comunicarnos y a conectar con los demás de otra manera, creando espacios permanentes y eternos.

--¿Eternos?
--Llega un momento en que da igual que el otro esté en Hong Kong, por ejemplo. Esa persona está conmigo igualmente y yo estoy con esa persona. Igual que está en Hong Kong, podría no estar. En cierto modo, la muerte es una liberación. Cuando un ser querido nuestro muere, nos está liberando, porque ya sabemos que esa persona siempre va a estar con nosotros y no habrá pérdida.

--A veces, los muertos están más presentes en nosotros que cuando estaban vivos.
--Sí. El padre de un amigo era cocinero. Murió. Mi amigo está más ahora con su padre que cuando estaba vivo. Lo siente con él cuando cocina.

--¿Tiene eso alguna explicación metafísica?
--La física cuántica demuestra que, energéticamente, una implicación con alguien, especialmente si hay amor, hace que las energías se intercambien. Esas energías están con esa persona ya en vida y, cuando muere, su energía sigue en nosotros.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Más sobre equilibrar

En la entrevista de ayer en el blog con Carl Honoré una de las preguntas hacía referencia a Claudio Naranjo en una entrevista también de Gaspar Hernández en el Periodico de Catalunya del 21 de noviembre del 2007.

Claudio Naranjo: La Escuela se usa para domesticar

Hoy imparte en Barcelona la conferencia Cambiar la educación para cambiar el mundo y el viernes presenta en la misma ciudad la fundación que lleva su nombre.

GASPAR HERNÀNDEZ

Un niño sabio

Claudio Naranjo (Valparaíso, 1932) es un sabio de rostro algodonoso y polar. Tal vez se dejó barba para disimular su ojos de niño, y sus dientes. Lleva unos zapatos inquietantes, raro cruce de zueco agujereado y chancla. Afirma que los conflictos mundiales no se solucionan con conferencias internacionales de políticos, sino cambiando la educación. La esperanza: nuestros hijos. Para Naranjo, la felicidad es el equilibrio entre el pensar, el sentir y el querer. Y realizar el potencial de nuestro ser.


--Dice que el sistema educativo solo sirve para mantener la sociedad actual. ¿Cómo podemos cambiar el mundo con la educación?
--La educación tendría que pasar de ser un órgano reproductor de la sociedad que tenemos a ser un órgano de fomento de la evolución. Habría que dejar de usar la educación como sistema de adoctrinamiento o de reclutamiento para esa sociedad. Hay un elemento despótico: se usa la escuela para domesticar. Tendríamos que usar la educación para formar seres completos.

--¿Y qué es un ser completo?
--La educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación. Crea gente infeliz, que desarrolla neurosis y enfermedades psicosomáticas, que no funciona bien en el trabajo.

--Usted no está a favor de las notas.
--El sistema de aprendizaje basado en notas viene a decir que hay que aprender para comerse la zanahoria. Las cosas verdaderas se aprenden por amor a aprender, por amor a la verdad, por deseo de saber. Los niños tienen gran curiosidad, pero se les va matando esa curiosidad cuando se les obliga a repetir cosas aprendidas. Sobre su pregunta anterior, un ser completo no es solo un ser inteligente; también es amoroso y tiene una sabiduría instintiva. Esta sabiduría es sagrada para las culturas chamánicas, que tenían mucho contacto con el animal interior. El alma es como un animal.

--¿Los maestros tienen que estimular al animal interior?
--Sí. ¿Sabe cómo? Enseñando con una actitud amorosa. No siendo explotadores disfrazados de buenos maestros.

--¿Explotadores?
--Le roban al niño muchas horas de su vida durante muchos años de escuela. Lo mantienen en una incubadora, inmóvil en la clase aprendiendo estupideces que poco le van a servir para la vida. La verdad no se aprende en libros que hablan de lo que dicen otros libros. Eso es un conocimiento muerto. No hay prueba científica de que la educación de ahora sirva para el desarrollo de las personas. Por suerte, los niños tienen el buen instinto y sentido que les dice: "Esto no va conmigo, no responde a mi situación existencial".

--Y, además, está el ego. Se nos educa para cultivar el ego.
--El ego es una prisión. Una mente chica. Un tejido de emociones destructivas y carenciales. Por eso, la envidia, el orgullo, son lo que mueve a la mayoría durante la mayor parte de su vida. Hay que conocer al ego para no ser su esclavo.

--¿Cómo es su ego?
--Es un buen burrito de carga. Lo uso para mis tareas.

--Según usted, ¿cuál es el mayor problema del mundo?
--El virus del lenguaje. Se mira todo a través de un exceso de juicios. No vivimos de forma natural, sino a través de conceptos intermedios, de lo que debería ser y cómo debería ser. Y el dinero. Hoy en día, lo único grande es el dinero. Es como si la gente estuviera loca por el dinero. Como decía Antonio Machado, solo un necio confunde valor y precio.

--¿Qué es lo real?
--La experiencia vivida. Pero la experiencia humana es como la cebolla. Hay cosas profundas y superficiales, incluso en el mundo emocional. Para un místico, lo real es el meollo de la conciencia. El ser es lo real. Y la gente no tiene esa experiencia del ser. La gente busca el ser generalmente donde no está: en el placer, en la intensidad, en tener. Casi toda su vida es un sentido de déficit, porque no saben que existen. Una persona que ha llegado a sí misma es la que ha llegado a saber que es.

--Usted lo descubrió en el desierto.
--Fue la sala de partos. El comienzo de una nueva vida. Yo era un buscador sediento, me había acercado a muchos maestros, pero no había metido la cabeza en el cielo, excepto con algunas experiencias psicodélicas. En el desierto empezó la posibilidad de encontrar una conciencia contemplativa, de entrar en contacto con lo divino, se le llame como se le llame, porque yo no simpatizo con los que hablan de Dios.

--Dios no está de moda.
--Y con razón, porque se ha usado su nombre más que en vano. El nombre de Dios lo han usado mucho los bandidos.

--Y usted ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
--Yo ya llegué al cielo, y lo perdí. Me gustaría terminar de volver a la tierra. Sembrar aquí, en la tierra, lo que encontré en el cielo. Yo estoy creciendo, estoy en desarrollo. Por ejemplo, cada vez hablo con más fluidez. También me gustaría tener el corazón más grande, servir más a los otros y estar al servicio de lo que la vida me diga.

Desierto de Libia
Foto: Pilar Vidal Clavería

domingo, 13 de diciembre de 2009

Bosques de hayas

Está anunciada por la metereología local la llegada de un frente frío y antes de que la nieve cubra las cumbres del macizo del Montseny hemos hecho una excursión a sus máximas cotas, el Turó de l'Home y Les Agudes.

Al dejar el coche cerca de la fuente de Passavets teníamos una temperatura exterior de cero grados, y como dice Jordi, cero grados, ni frío ni calor, así que hemos iniciado la ascensión por el bosque gris de hayas y con el suelo bien cubierto con sus hojas caídas, hemos llegado a la cima del Turó de l'Home de 1.707 metros donde está instalado un observatorio metereológico desde 1932 y a donde también se puede llegar por carretera.

Bosque de hayas, Fagus sylvatica, camino del Turó de l'Home

Bosque de hayas, Fagus sylvatica, camino del Turó de l'Home

El Turó de l'Home, 1707 m

Después de llegar a la cima de El Turó de l'Home hemos continuado por el Coll Sesbasses hasta llegar a Les Agudes de 1.706 m y de vuelta hemos subido al Puig Sacarbassa de 1682 m

Puig Sacarbassa 1682 m al fondo vista del Matagalls

Vista de Les Agudes

Cumbre de Les Agudes, 1706 m

Camino de vuelta por el bosque de hayas
Fotos: Jordi Viader y Pilar Vidal

Intentar equilibrar

Esta entrevista se publicó en El Periódico el 22 de octubre 2008, y Carl Honoré nos explica como aplica su elogio de la lentitud en algunos aspectos de su vida cotidiana.

Carl Honoré autor de Elogio de la lentitud: Hemos secuestrado la niñez

GASPAR HERNÁNDEZ

Este autor de best-seller afirma que presionamos demasiado a nuestros hijos y que no les damos ni tiempo ni espacio para desarrollarse.


--Ha pasado usted de la lentitud a los hijos.
--¿Sabe cuál fue la chispa? Una reunión entre padres y maestros del colegio público de mi hijo de 7 años, en Londres. La profesora de arte estaba entusiasmadísima con él, y me dijo que sería un artista maravilloso y dotado. Salí corriendo del colegio y me puse en Google a buscar escuelas de arte pensando que mi hijo iba a ser el próximo Picasso. Hasta que lo hablé con él.

--¿Y cuál fue su reacción?
--Me dijo que él no quería dedicarse al arte. Que le gustaba dibujar, y punto. Y después me preguntó: "¿Por qué los adultos siempre lo tenéis que controlar todo?". Y fue entonces cuando me di cuenta de que quería acelerar el desarrollo de mi hijo, sin paciencia.

--¿Ejercemos demasiado control sobre los hijos?
--Sin duda. Estamos en un momento inquietante de la historia: los adultos hemos secuestrado la niñez de una forma nunca vista. Los políticos y burócratas han distorsionado la educación pública para transformarla en una fábrica: se trata de atiborrar a los niños con información académica y evaluarlos constantemente con pruebas y exámenes. Y también la industria publicitaria ha colonizado los rincones más íntimos de la niñez, para vender productos a los chicos.

--¿Y los padres, qué papel tienen en este maremágnum?
--Estamos en la línea de fuego. Oscilamos entre hacer demasiado, pasarnos con la exigencia del mejor currículo para nuestros hijos, y el otro extremo, que es no hacer lo suficiente. Esto no está funcionando.

--¿Con valores más rígidos, tendríamos una generación mejor?
--No estoy a favor de crear una cultura rígida alrededor de los chicos. Se trata de encontrar un equilibro entre la libertad y los límites que siempre necesitan para sentirse seguros y aprender a manejarse en un mundo basado en reglas y etiquetas. No veo mal la idea de imponer límites; es una necesidad básica. Pero el movimiento conservador promueve una rigidez excesiva: estos políticos están en contra de liberar la imaginación y la creatividad.

--Cada vez se detectan más depresiones, más desórdenes de la alimentación...
--Hay cosas fundamentales que no están funcionando. Si analizamos la energía, el tiempo y el dinero que estamos invirtiendo en nuestros hijos, tendríamos que asistir al nacimiento de la generación más brillante, más sana, más feliz de todos los tiempos. Pero los resultados nos dicen lo contrario. Hay muchos problemas de salud y salud mental entre nuestros hijos.

--Pero las intenciones siguen siendo buenas.
--Sí, todo empieza de un impulso positivo: hacer lo mejor para nuestros hijos. La ironía es trágica: lo estamos haciendo fatal. Les presionamos demasiado. No tienen ni el espacio ni el tiempo para desarrollarse cognitivamente.

--Según decía Claudio Naranjo en esta contraportada, educamos la razón, no la intuición.
--Estoy totalmente de acuerdo con Naranjo. Hemos creado una sociedad con miedo a la duda y a la incertidumbre. Queremos que todo sea blanco y negro, y cuantificable. La cultura del management ha terminado contaminándolo todo. Queremos balances y números, y eso es contrario a la verdadera intuición.

--Y usted, ¿cómo consigue aplicarse el cuento?
--Con pequeñas cosas. Intento estar con mi hijo en casa, sin controlarlo. Dejarle, por ejemplo, jugar, mientras yo cocino, sin controlarlo. Cenamos juntos con el televisor apagado. En nuestra casa es fundamental comer una vez al día juntos, sin televisor, y hablando.

--¿Cómo le cambió su apuesta por la lentitud?
--Hay un antes y un después. Antes trataba de hacerlo todo lo más rápido posible, y ahora lo intento hacer todo lo mejor posible. Una vez haces este clic, ya no buscas el camino más corto ni el más rápido, y colocas la calidad antes que la cantidad.

--¿En qué se concreta?
--Digo mucho que no. Digo no a proyectos de trabajo, a fiestas, para no caer en la trampa de estar sobrecargado. Priorizo las cosas importantes. El resultado es que disfruto más de la vida porque no paso volando por ella: no estoy haciendo cuatro cosas al mismo tiempo.

--¿Qué relación tiene con las nuevas tecnologías?
--Mucho más sana que antes. El móvil lo tengo casi siempre apagado. Con el correo electrónico me he impuesto una disciplina muy fuerte, de hierro. Tengo franjas fijas en que lo apago, para no estar pendiente siempre de él. Cuando tengo que acceder a un modo de pensar fértil y creativo, el pensamiento slow (lento), apago el correo electrónico. Estamos enloquecidos con el mail. Hay que desenchufarse.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Fuerza y coraje

Este ha sido el segundo libro de lectura rápida en este mes de diciembre.

Lo fue La vida en la puerta de la nevera por la especial manera en que estaba escrito, con frases cortas que aunque transmitian unos mensajes contundentes y precisos, nos hacían ver la necesidad de ese contacto físico que va más allá de las palabras y que a veces dejamos de lado.

Ayer también en un día leí Mi cáncer y yo, escrito por Susana Frouchtmann, un libro donde Susana relata con precisión y valentía su experiencia personal.

Hortensia Gago, su amistad es uno de los regalos que me ha ofrecido la vida, lo adquirió en la presentación en la Fundación Aves y me lo prestó hace unos días.

De principio, incluidos los dos prológos, a fin, el libro llega y transmite unos mensajes que a modo de resumen son:

La necesidad básica de asumir nuestra propia responsabilidad, de la importancia de compartir y de apoyarnos en nuestro entorno, de hacer una correcta valoración de nuestra alimentación, de lo que comemos y de cómo lo comemos.

La lectura del libro aporta fuerza y coraje, no sólo consejos sino también motivos para seguir adelante ante situaciones nunca fáciles ni sencillas.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Tres novelas




















¿Qué tienen en común estas tres novelas?

Antes de morirme escrita por Jenny Downham

El curioso incidente del perro a medianoche
de Mark Haddon

El niño con el pijama de rayas de John Boyle

Pues a su editor, David Fickling



Iba a comentar la última que he leido, Antes de morirme de Jenny Downham, una novela que nos explica como su protagonista Tessa de dieciseis años hace una inmersión rápida y acelerada en el caminar por la vida y por la muerte para lo que elabora una lista con deseos que quiere cumplir.
Nos muestra como va compaginando sus deseos con una realidad que hace que en muchas ocasiones no sean fáciles de cumplir, lo que no quiere decir que sean imposibles y como cambia la relación con sus padres y su hermano.

Buscando la portada en el google descubro que el editor David Fickling lo es también de otras dos novelas que recomiendo especialmente:

El curioso incidente del perro a medianoche, donde Christopher un niño especial se propone resolver el asesinato de un perro.

Y El niño con el pijama de rayas la historia del hijo de un comandante nazi en el campo de concentración de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial




miércoles, 9 de diciembre de 2009

Recordar

Ayer por la noche Televisión española emitió su programa Españoles en el mundo dedicado a la Patagonia.

Lo estuve viendo y recordando algunos de los lugares que visitamos y lo mucho que todavía nos queda por ver.

Torres del Paine

martes, 8 de diciembre de 2009

Flora en la Patagonia

Fotos de hojas, frutos y flores en la Patagonia, su clasificación está hecha con el libro Flora Patagonia de Claudia Guerrido y Damian Fernández, una buena guía que me acompañó durante el viaje por las tierras australes de Chile y Argentina.

Frutos de murta, Gaultheria mucronata

Frutos de notros, Embothrium coccineum

Leonita rosada, Leucheria hahnii

Mata guanaco, Anarthrophyllum desideratum

Mozaiquillo, Baccharis patagonica

Anémona, Anemone multifida

Calindrima o Oxalis ???

Lirio de campo, Olsysium biflorum

Parrilla, Ribes magellanicum

Hojas de lenga, Nothofagus pumilio

Flor de la cascada, Ourisia poeppiggi

Hojas de ñire, Nothofagus antarctica

Ranúnculo, Ranunculus peduncularis

???

Mata negra fueguina, Chiliotrichum diffusum

Diente de león, Taraxaxum sp

Chacay ???

Calafate, Berberis ilicifolia

Fotos: Pilar Vidal Clavería

Estados de ánimo

Las entrevistas que Gaspar Hernández hacía los miércoles en El Periódico de Catalunya y que muchas veces podía poner en el blog con un copiar y pegar, han pasado al suplemento del domingo y lo tengo más complicado para reproducirlas en el blog.


De todas manera he encontrado algunas de anteriores y que también son muy interesantes como esta con TSEWANG TAM, médico personal del Dalai Lama.


Una de las preguntas es sobre cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades.


El doctor Bach comentaba que en la enfermedad se produce un cambio del estado de ánimo respecto a la vida cotidiana y describió treinta y ocho estados diferentes y un remedio para cada uno de ellos.


TSEWANG TAM, médico personal del Dalái Lama

30 de enero del 2008


"La paz interior es la mejor medicina"


Ha recibido diversos reconocimientos y medallas de oro en medicina a nivel internacional y estos días visita por primera vez Catalunya.


GASPAR HERNÁNDEZ


--¿Si soy feliz no enfermaré?

--Si eres feliz, no tienes por qué estar enfermo. Pero este ser feliz no significa que en un momento u otro de tu vida no pases por la experiencia del sufrimiento. Podemos sufrir o sentir dolor, y a la vez ser felices.


--Pues qué bien. ¿Lo puede argumentar?

--La infelicidad proviene del miedo, de la ansiedad, del pensar demasiado y angustiarse a base de darle demasiadas vueltas a los problemas.


--¿Cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades?

--La influencia es del cien por cien. Si usas mal tu mente, como por ejemplo preocupándote demasiado, te creas sufrimiento, y eso puede derivar en enfermedad.


--Le pregunto lo mismo que hace un mes le preguntábamos a su colega, el Lama Lobang: ¿cuál es la causa principal de enfermedad, según la medicina tibetana?

--La pérdida del estado de equilibrio del cuerpo.


--Pero a veces los motivos vienen de fuera. Estos días, mucha gente tiene la gripe...

--Los gérmenes nocivos y virulentos son una causa, pero solamente secundaria. Los gérmenes nocivos por sí mismos no pueden producir enfermedades si no encuentran un terreno propicio.


--¿Cómo está su paciente, el dalái lama, de salud?

--Estupendamente. Solo tiene usted que mirar cómo se mueve, cómo habla, lo ágil que está y lo mucho que trabaja, con horarios increíbles. Los jóvenes no puede aguantar su paso.


--Él, que está tan entrenado para ser feliz, vivirá más de 100 años...

--La duración de nuestra vida, la longevidad, tiene mucho que ver con la felicidad que cultivemos. La paz interior es la mejor medicina. También para vivir más años. Las preocupaciones interfieren en el funcionamiento de las células de los órganos. Y eso lleva a tomar medicamentos, y a estar cada vez peor.


--¿Algún otro consejo?

--Prestar mucha atención a lo que comemos.


--¿Cuál es su truco para conseguir la felicidad?

--Estar satisfecho con lo que haces y contento con lo que tienes. Y, sobre todo, no compararte nunca con los otros. La sociedad occidental estimula mucho la comparación, compararse con lo que tiene el vecino, y eso solo conduce a la infelicidad.


--Las religiones, en teoría, tendrían que ayudar...

--Son un buen camino para conseguir la felicidad, porque nos enseñan cómo querer más y cómo estar mejor con nosotros mismos. No solo el budismo. Una vida espiritual ayuda mucho.


--¿Y usted es feliz?

--Sí. Estoy contento con muchas cosas. Intento mantener el equilibrio siendo consciente de que no hay fin para el sufrimiento, a no ser que estés iluminado.


--¿Qué actitud recomienda a sus enfermos?

--En primer lugar, entender qué es lo que causa el sufrimiento, pero no solo su sufrimiento particular, sino el sufrimiento en general. Y, por otro lado, analizar cómo se puede haber generado su enfermedad y rectificar actitudes. Si nos duele el estómago, no se trata de buscar las pastillas que nos van a aliviar el dolor, sino variar comportamientos para que eso no vuelva a ocurrir. Preguntarme qué estoy haciendo yo para que me esté pasando eso, qué circunstancias están generando esa enfermedad que ahora me hace sufrir.


--¿Y algo más práctico?

--Leer libros sobre el amor y la compasión, por ejemplo. Escuchar música, un abrazo, hablar. Depende del carácter de cada persona.


--¿Y reír?

--Es muy importante. La risa cura.


--¿...?

--Le pondré un ejemplo. Durante mucho tiempo se ha tratado a los enfermos de sida como apestados. Les faltaba amor, contacto humano, y, por tanto, risas. Todo eso también es importante para curarse. De hecho, la curación es un arte.


--Usted cree en la reencarnación. En esta vida, como médico, está haciendo el bien. ¿Qué le gustaría hacer en otra vida?

--Lo mismo. Estoy muy bien siendo quien soy. Lo que eres hoy depende de lo que fuiste en vidas anteriores, y tus siguientes vidas serán según lo que estés haciendo ahora.


--La gente que ahora no sufre, ¿en vidas pasadas hizo bondad?

--Exactamente. Pero, atención, porque si no aprovecha esta existencia para llevar una vida sana y feliz, en el futuro se le acabará, si me permite la expresión, el crédito. Es importante entender el sufrimiento de los demás, aunque uno no lo haya sufrido o no lo sufra: entender el fuerte dolor de cabeza del compañero de trabajo, aunque tú no lo sufras.


Vendedora mercado en Bukhara

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