En esta ocasión, el turno es para Maria Sanmartí, "la mare d'en Clavé". Maria, fue una artista tardía que empezó a pintar a los 60 años y estuvo en activo entre 1947 y 1959. Sus primeras obras las firmaba como “Maria Sanmartí, mare d’en Clavé”. Su hijo era el artista Antoni Clavé (Barcelona, 1913-Saint Tropez, Francia, 2005) a quien ella llamaba "el pintor".
Maria Sanmartí, nació en Barcelona en el año 1886, en el barrio del Raval, en una familia humilde y murió en París en 1959.
La supervivencia o resilencia, cómo también diríamos hoy en día, de una persona, capaz de adaptarse y superar las situaciones adversas, con resultados positivos, es claramente el caso de Maria, que tras una enfermedad crónica, que le había paralizado un lado de su cuerpo, no pudiendo levantar ni mover su brazo derecho, sin que ello fuera obstáculo para seguir adelante con su vida y la de su hijo, y superar las dificultades.
Al finalizar la Guerra Civil Española (1936-1939), su hijo Antoni Clavé marchó al exilio y se instaló en París, donde su madre lo acompañaría desde 1942.
Esta exposición, además de mostrar diversas obras de la artista, nos cuenta su historia y a través de ella, permite rendirle homenaje y reconocer el valor de sus pinturas y cerámicas.
Puerta de acceso a la
Fundació Palau en la localidad de Caldes d'Estrac, donde podemos ver la exposición temporal
Maria Sanmartí, La inocencia del trazo, hasta el próximo 15 de septiembre, que cuenta con
Aitor Quiney, como curador.
El año 1947, la vida de Maria tomo un giro importantísimo. Su nieto, Jacques, que entonces tenía cinco años, le regaló un dibujo que le había hecho. Maria correspondió al regalo con otro dibujo, realizado por ella misma. Era su primer dibujo.
Retrato de Maria Sanmartí, realizado por su hijo el pintor Antoni Clavé.
Los amigos artistas de su hijo, la animaron a pintar y ella misma nos explica que "pintaba hojas y hojas, poseida por el demonio del color".
Su trazo era ingénuo y el hecho de pintar con la mano izquierda, hacía que plasmar sus obras en el papel le supusiera un esfuerzo importante. Los amigos de su hijo, entre los que se encontraba Josep Palau i Fabre, la animaban a pintar, a pesar de no tener conocimientos técnicos de pintura, y lo que empezó en 1947 como algo casual, no dejó de dar frutos hasta su muerte.
Josep Palau i Fabre, escribió sobre la obra de Maria:
"El caso de Maria Clavé parece confirmar las posibilidades humanas del milagro. Salvar al niño que hay en nosotros es la primera condición para salvar al hombre."
La mayoría de sus primeras obras fueron con la técnica del guaix, y representaban, entre otros, interiores de habitaciones, jarros con flores, escenas de circo o paisajes.
Los reflejos de las escaleras del edificio de la Fundació Palau se proyectan en esta obra, una escena cotidiana
Aquí tenemos a uno de sus jarros con flores que podemos ver en el recorrido de la exposición
Cartel de la exposició de Maria en la Place Vendôme de París en 1949.
Cartel de la exposició de Maria en Basel en 1958, junto a la obra que lo ilustró
Algunos de los bodegones que se pueden ver en la exposición de la Fundació Palau
Puedes leer un artículo de
Xavier Montanyà, en el diario digital
VilaWeb, clicando en el
enlace.
Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Barcelona
8 agosto 2024
Las
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son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona
necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por
un terapeuta floral acreditado.