viernes, 3 de abril de 2009

Destino familiar

Cuando en el verano del 2007 encontré el libro de Ingrid Dykstra, Niños que heredan el destino familiar, de Editorial Integral, para mi fue un hallazgo.

Había terminado parte de un curso sobre Constelaciones Familiares y Terapía familiar sistémica y en este libro encontré buenos ejemplos de lo que había estudiado y además muchas referencias a la utilización de la Terapia de Integración Sensorial, desarrollada en 1970 por Jean Ayres y base de trabajo en el Centro de Estimulación Infantil de Barcelona, donde colaboro preparando Flores de Bach.

Tras la lectura del libro preparé un resumen con los aspectos que había encontrado más destacables, y de los que transcribo algunos de ellos.

Al final hay un apunte sobre familias de acogida y de adopción que sirve de complemento a la conferencia del doctor Rygaard de la entrada anterior, Adopción y familias.

Es difícil convencer a los padres de que su hijo presenta alguna dificultad, ya que en parte se habla también de ellos mismos.

Hay que dirigirse a los hijos con comprensión y respeto.


Los padres deben mantener distancia con los hijos y marcarles los límites necesarios.


Los niños responden siempre en función de la organización de su propia casa.


Los niños necesitan límites externos, tanto en su desarrollo físico como de personalidad.

Nada es más positivo para un niño que percibir, finalmente, que los adultos mandan sobre él.

Muchos padres no son conscientes de lo mucho que sus hijos se ven influidos y despojados de su dignidad por sus frases frívolas.

También se verá despojado de su dignidad si los padres abandonan su responsabilidad y cargan sobre el niño algo que en realidad deberían resolver ellos mismos.


Ser inequívoco y consecuente significa tan sólo tratar al niño de forma coherente.

Lo importante, en cualquier caso, es que los padres no se falten mutuamente al respeto y que, por ejemplo, uno no anule una prohibición del otro. Estas cosas hay que aclararlas cuando el niño no este presente.


Los padres no deben contarle al niño nada que tenga que ver con su relación de pareja.


Los "nuevos padres", en el caso de nuevas familias donde se aportan hijos de relaciones anteriores, deben saber que mamá y papá son y serán siempre los padres biológicos. La nueva madre puede ocupar tan sólo el lugar de amiga maternal del niño, lo mismo que el nuevo padre, en el mejor de los casos será su amigo paternal.

Familias de acogida y de adopción

El vínculo entre un niño y sus padres, aunque éstos renuncien a él, dura toda la vida. Para que un niño en acogida o adoptado pueda encontrar estabilidad y seguridad en la vida, y también junto a sus padres de acogida o adoptivos, es indispensable que éstos respeten a los padres biológicos del niño. Especialmente cuando los padres biológicos no se ocuparon del niño, los padres adoptivos o de acogida deben hacer lo posible por respetar el destino trágico de los padres biológicos y, con ellos, el de su hijo. Entonces podrán encargarse mejor de él, y el niño estará en disposición de aceptar su ayuda.


Una película interesante sobre la adopción dirigida y protagonizada por Helen Hunt es Cuando ella me encontró.


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