
En el prológo del libro, escrito como un diario, podemos leer: La humildad más sincera para un científico es aceptar que nada es imposible, me resultó motivador para seguir leyendo.
En el primer cuaderno de viajes, estaremos en Etiopía y en la meseta de Atacama en Chile y tras los primeros incidentes volaremos a Londres y a París.
También pasearemos por Zurich, Ámsterdam, Roma, Moscú.
A medida que avanza la novela, Keira y Adrian, juntos o por separado, llegan a Cornualles, a Atenas y a la isla griega de Hydra.
En la parte final de la novela un avión los traslada a Pekín y a seguir sus andanzas por la China.
El breve segundo cuaderno final da pié a la continuación de la novela en una segunda parte, que según explica el autor en una entrevista se titulará La primera noche.
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