Más gatos

Esta entrada se podría titular: Del Gato de Botero al Gato de Haruki Murakami, como es demasiado larga la dejo en Gatos y además podré explicar:  De qué hablo cuando hablo de gatos.

En el verano del 2009 la mirada del gato de la portada del libro de Haruki Murakami, Kafka a la platja, me decidió a comprarlo, y la acerté, me resultó una novela interesante, diferente, entretenida y especial.

Sus protagonistas principales son Kafka Tamura, un estudiante solitario y disciplinado que huye de su casa y Nakata, un hombre que habla con los gatos, me trasladaron al Japón  y a conocer algunas de sus costumbres y peculiaridades.

Mis conversaciones con mi gato Mandi, no llegaron a la complejidad de las que mantiene Nakata en la novela con los gatos, pero si a reconocer puntos de complicidad con el animal de compañía que nos acompaño durante casi doce años.

Murakami es también el autor de:  De qué hablo cuando hablo de correr, el título ya me resultó sugerente y en su relato he encontrado unas profundas reflexiones, realizadas desde la sinceridad y la sencillez, un descubrirse y mostrarse al lector desde un punto de vista personal alejado de la imágen distante que podríamos tener de este autor japonés, dedicado a la escritura desde que tenía treinta años y tres años.

Murakami, tiene dos pasiones principales el escribir y el correr, y a ellas ha dedicado su vida basándose en la disciplina y la voluntad.

Murakami tiene claro que lo importante en la vida es establecer prioridades, decidirse claramente a qué  quieres dedicar tu energía y el tiempo de que dispones.

Con estas dos premisas hizo un cambio radical en su vida dejando su trabajo como dueño de un bar para dedicarse a la escritura de manera profesional y a correr.

El correr se convirtio en su  vida en un hecho tan habitual como el hacer tres comidas al día, dormir las horas que tocan, hacer las tareas domésticas o trabajar.

Cuando le preguntan por la mejor cualidad que ha de tener un novelista, contesta que sin duda es el talento, que es más un prerequisito que una cualidad.

Aprovecho la ocasión para felicitar a algunos de los seguidores de este blog, por su talento incuestionable a la hora de escribir prosa y poesía y transmitirles los siguientes consejos de Murakami, en cuanto a que después del talento,  la siguiente cualidad es la de la concentración, es decir la capacidad de poner el talento limitado que se tenga en el lugar adecuado.

Después de la capacidad de concentración, la capacidad más importante para un novelista es la resistencia.

A diferencia del talento que es innato, la concentración y la resistencia se pueden adquirir y aumentar gracias al entrenamiento, es el mismo procedimiento que el correr cada día para fortalecer la musculatura y acabar teniendo el cuerpo de un corredor, y si hacemos una analogía,  el cuerpo de un escritor, o el de cualquiera  que hace las cosas a las que se dedica en la vida, desde el querer y no desde la obligación.

"Lo que quiero decir es que no empezé a correr porque nadie me lo pidiera, de la misma manera que no empezé a escribir porque ninguno me lo sugiriera. Un buen día empezé a escribir porque quise, y un buen día me puse a correr porque lo decidí".